Abraham y Sara habían esperado la simiente prometida durante largos años, en los cuales vieron cumplirse la promesa divina. El Señor le había dado el hijo tan deseado y ahora, cuando este ya era joven, vino palabra de Jehová a Abraham pidiendo la vida de este hijo; que debería ser ofrecida sobre el altar, como una ofrenda.
¡Que precio tan alto le pidió Su Dios en esta oportunidad! Si conocemos el final de la historia podemos ver que Dios no quería la vida de Isaac pero si, el corazón entero de Abraham.
¡Que terrible conflicto interno se habría desatado en su mente! Por un lado, la claridad del pedido de Dios, por otro la promesa que el mismo Dios le había repetido en varias oportunidades. (“hare de ti una nación grande”) pero por otro lado (y a mi entender el mas difícil) …la idea de perder a su hijito tan querido.
Muy temprano a la mañana empezó su viaje junto a Isaac y a dos siervos. En un momento del camino, ya pudiendo divisar aquel monte donde sería el sacrificio. Ellos dejaron a sus siervos e hicieron el ultimo tramo solos, la peor parte del viaje. En este tramo, cada paso habrá sido un fuerte conflicto en el corazón del patriarca. El, con el cuchillo en su mano, Isaac con la leña para el sacrificio, fue allí cuando surgió una pregunta que oscureció mas ese momento. El joven pregunto a su padre ¿Dónde está el cordero para el sacrificio? Abraham cautivo su razonamiento y activo su obediencia en fe. Hebreos 11.19 hace referencia a esta parte de la historia y nos cuenta que Abraham pensaba que Dios podría resucitar a su joven hijo en el caso que muriera.
Había que obedecer y el estaba dispuesto, completamente convencido que su Dios no le fallaría. En Génesis 22 vs 5 dice que al despedir a sus siervos el les declaro: Yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros. En lo plural de este ultimo verbo, vemos tallada la lealtad que tenia este gran hombre a su Dios. Casi todos conocemos que la historia termina cuando Dios interviene proveyendo el carnero para el holocausto. Y aquel lugar fue llamado Jehová Jireh, el Dios que provee. Dios que interviene.
Vemos a Dios interviniendo, una vez mas, llegando en el momento justo.
En nuestro caminar cristiano, a veces nos toca transitar por la peor parte de ese camino. Son esos momentos de crisis que a menudo desatan una batalla entre nuestra mente humana y los planes divinos.
Es allí donde mas debemos cuidar nuestros pensamientos, ellos serán el disparador para la incredulidad o serán un hermoso motivo para crecer en fe. No importa cuan critica sea la situación, recuerda la intervención de Dios siempre llega a tiempo