En su raíz significa Santo, apartado, limpio, consagrado. Es uno de sus atributos: ES SANTO. Nadie puede llegar a su estándar de santidad, por esa razón, vino Cristo, nuestro Salvador, primeramente, y nuestro Makaddesh, quien nos declara limpios por su sangre, y nos aparta como su pueblo santo. (1 Pedro 2.9). Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, en su peregrinar por el desierto, Dios le da la Ley, ¿Por qué? Porque ellos venían de Egipto, tendrían miles de costumbres, cultos, principios que no iban de acuerdo con la Santidad de Dios.
Leamos juntas 1 Pedro 1:13- 25, el título es: “llamamiento a una vida santa”.
Ser santos, significa: estar apartados para Dios, ser diferentes, ya no tener las costumbres y principios de “Egipto”. Primeramente, nos invita a “ceñir nuestro entendimiento” y ser “sobrios”, esto es, más abunda la Palabra de Dios en ti, más santamente te conducirás en este mundo, más atenta estarás al engaño de Satanás. (vs. 13), esto nos conduce inmediatamente al vs. 14 dice que ANTES, teníamos deseos que eran por ignorancia, por no estar ceñido nuestro entendimiento, (Ef. 2.3). Luego nos da una orden, que podemos obedecerla “como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (vs. 15,16). Eso no significa que vivamos dentro de una burbuja, sino que cada día te apartes más del pecado, y que en toda nuestra manera de vivir (casa, escuela, trabajo, redes sociales) seas santa, porque nuestro ejemplo de Santidad es Cristo mismo: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;” 1 Pedro 2: 21
En el vs. 17 nos insta a conducirnos con temor a Dios, esto es, que el JEHOVA MAKADDESH que te santificó es el SANTO, cuyo estándar de santidad es perfecto, él nos rescató de una vana manera de vivir. El precio para que tu vida sea santa dice el vs. 19 fue la misma sangre de Cristo.
No importa de que “Egipto” te rescató el Señor, tal vez miras para atrás y muchas cosas te avergüencen, pero él te rescató con precio de sangre, la de su Hijo, y te aparto, te declaro limpia. Jehová es tu Makaddesh, quien te santifico, santifica, y te pide que seas santa porque Él es SANTO.
