Ayuda al adolescente a lidiar con los sentimientos de inferioridad

Hoy te invito a caminar por el valle de la inferioridad, pero solo para conocerla un poquito desde otra perspectiva… trae tu linterna porque el camino es un poco velado. Gracias a Dios que tenemos Su Palabra, que es lámpara a mis pies.

Tal como el título lo indica, la inferioridad es un sentimiento y se desprende de la autoestima. La autoestima está relacionada con conceptos de autoconfianza y autovaloración, puede ser alta o baja.

Una persona con complejo de inferioridad considera que sus defectos son mayores a los de otros, no logran comprender que todos tenemos fortalezas y debilidades en diferentes áreas, lo que nos hace únicos e irrepetibles. Este tipo de personas no son capaces de ver nada bueno en ellas mismas, no valoran nada de lo que hacen, simplemente tienen velados los ojos de la percepción. Tienen una inclinación constante a pensar que no son capaces, que no sirven, que no son atractivas, que todo lo que hacen es un fracaso; en consecuencia, desvalorizan sus capacidades afianzando el sentimiento de frustración.

El complejo de inferioridad se puede originar en la niñez o adolescencia, si han experimentado maltratos verbales o físicos, o han sido menospreciados o han sido el centro de las burlas. Otro factor que desencadena el complejo de inferioridad es el tipo de educación que reciben en el hogar, una educación autoritaria, o desmedidamente consentidora o sobreprotectora. Los rasgos físicos también son factores que influyen en este asunto, por no ser aceptado o valorado socialmente. Estas situaciones pueden afectar de manera negativa la autoestima y estructura emocional de la persona.

El mundo en que vivimos tiene parámetros totalmente opuestos a los Divinos y distorsionan nuestros pensamientos y valores. Pasar tiempo a la luz de la Palabra de Dios nos hará entender lo que realmente tiene valor verdadero y eterno. Si nos acostumbramos a transitar este camino de la vida sin hablar con Dios (orar) y sin oír Su voz (lectura bíblica, mensajes cristianos), las voces de este mundo toman fuerza y nos aturden, nos perturban. El primer paso es bajar el volumen del sistema y subir el volumen celestial.

Seguidamente debemos sincerarnos con nosotras mismas y delante del Señor (llevar también a quienes guiamos a que lo hagan) e identificar si hay sentimientos de inferioridad, pensamientos negativos sobre nosotras mismas. Podemos elaborar un pequeño test con preguntas como, por ejemplo: ¿Me acepto como soy? ¿Tengo confianza en mí misma? ¿Me siento querida? ¿Me expreso fácilmente en grupo? ¿Mi opinión es tan importante como la de los demás? “Es humano cometer un error” ¿Me repito esto cuando me equivoco? ¿Tienes la capacidad de decir no cuando es necesario? Haz estas preguntas y elije entre respuestas como “NUNCA, A VECES, MUCHAS VECES, SIEMPRE.”

Sería interesante y muy indicado comenzar por el principio, Génesis 1:27 “Y creó Dios a Su imagen, a imagen de Dios lo creó…” y aquí terminaría este devocional. ¿Te das cuenta lo que estás leyendo? ¡Fuimos creadas a imagen del perfecto Dios, a imagen del creador y sustentador del universo! ¿Necesitas más pruebas para derribar los sentimientos de inferioridad? Por supuesto que hay, y muchas. Pero detengámonos un momento más en Génesis; algunas de las preguntas que deberíamos hacernos son: ¿Crees que Dios es defectuoso? ¿Crees que Dios no tiene capacidades o inteligencia? ¿Crees que Dios es tan malo para hacer su creación defectuosa? Rotundamente ¡NO! Él no se equivoca, nos hizo especiales, nos hizo tal cual somos, nos creó con un propósito, no solo nos creó, sino que preparó buenas obras de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10).

Cada vez que el enemigo ataca mi mente con ideas de inferioridad, saco de mi corazón un sinfín de versículos que me recuerdan quién soy en Cristo, uno de ellos se encuentra en el Salmos 139: 13-16, “…Tú formaste mis entrañas, me hiciste en el vientre de mi madre”. Él nos formó con tanto esmero y dedicación, pensó en nosotras aún antes de la fundación del mundo. Entonces, es hora de mirarnos como Dios nos mira, descubriendo nuestro verdadero valor; es hora de reencontrarnos con Sus promesas, desempolvarlas, leerlas, memorizarlas, reclamarlas, VIVIRLAS.

Te invito a leer el Salmos 119:25-32. El salmista está deshecho, desanimado. El complejo de inferioridad es un ladrón que roba toda buena estima y nos deja por el suelo, nos hace vivir una verdad falsa, pero podemos clamar a nuestro perfecto Creador para que nos sustente según Su Palabra y nos aparte de la mentira.

La respuesta de Dios está latente para sanar este agobiante y abrumador sentimiento, solo debemos aceptar la dirección del Señor (sí, en primer lugar, hacer una introspección, y revisar que no haya en nosotras, las líderes, esquirlas que quitar, para poder ayudar a nuestras adolescentes) bajo la guía del Espíritu Santo. No es prudente dejar que las opiniones de otros definan nuestros sentimientos en cuanto a nosotros mismos; la única evaluación real de nosotros viene de mirar a Aquel que nos amó lo suficiente para morir en nuestro lugar.

Podríamos hacer una lista de versículos que sustente nuestro valor como personas (aquí te paso algunos, podes continuarla, o darla como tarea a quien estés guiando en el crecimiento espiritual):

  1. Filipenses 4:8 “… todo lo que es verdadero… en esto pensad.” Tenemos que filtrar nuestros pensamientos, no podemos darle rienda suelta a aquellos que provienen del enemigo y nos destruyen porque no contienen ninguna verdad.
  2. 2° Corintios 10:5 “Derribando todo argumento y altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” Tenemos la posibilidad de derribar argumentos, imperios que se levantan contra Dios y su creación; y no solo derribarlos sino llevarlos cautivos, para que ya no vuelvan a salir.
  3. 1° Pedro 2:9 “Somos linaje escogido…pueblo adquirido por Dios”. ¿Te das cuenta?
  4. 1° Corintios 1:27 – 29 “Lo vil y menospreciado escogió Dios… lo que no es para avergonzar lo que es”. Para Su Gloria. No te olvides que fuimos creadas para darle gloria a Él.

Por último, un repaso flash de tips a tener en cuenta:

  • Escribe tus pensamientos para identificar los incorrectos
  • Busca un versículo para cada pensamiento negativo y así tener con qué batallar
  • No te compares con nadie
  • Baja la vara de la autoexigencia
  • Alégrate de tus logros, por más pequeños que te parezcan
  • Agradece a Dios por haberte creado
  • Reconoce que es Su Gracia en ti y a través de ti

Me despido con uno de mis versículos preferidos, orando para que este devocional sea de ayuda y bendición a tu vida y ministerio.

“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.

2° Corintios 12:9

 

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