Juan capítulo 10 nos presenta a Jesús como el Buen Pastor y su relación con las ovejas.
¿Te has puesto a pensar porque eligió la figura de una oveja y no la de otro animal? Quizás porque se trata de un ser indefenso, que tiene la necesidad de ser guiado siempre. Talvez porque vive en constante exposición a peligros que la obligan a permanecer en los rebaños y así, asegurar su supervivencia; o porque continuamente necesita estar bajo la mirada de su pastor.
Nosotros somos ovejas del rebaño donde Cristo es el Pastor. Él desea con todo su corazón apacentarnos cada día, nos ayuda en medio de las dificultades, nos ama con el amor más puro y nos conduce por la senda segura.
Este Buen Pastor ha dado su vida por nosotros en la Cruz del Calvario. Ese día fuimos comprados por Él, y nos dio la posibilidad de pasar de condenación a salvación y de perdición a vida abundante.
Pero hay algo más que debemos resaltar de este pasaje, el vs 14 dice que “El conoce a sus ovejas”, sabe muy bien quien es cada una, las llama por su nombre, conoce sus necesidades, sus fortalezas y debilidades. ¡Él sabe más de mí que yo misma! Es por lo que debo dejar que sea Él quien guíe mis días, buscarlo a cada paso y en cada decisión y así poder descansar confiadas, disfrutando de la paz que nos trae el saber que estamos bajo el cuidado de Nuestro Buen Pastor.
«Fíate de Jehová, de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia, reconócelo en todos tus caminos y El enderezara tus veredas» Proverbios 3:5-6
