En estos tiempos de relativismo cultural es de suma importancia validar algunas palabras que han perdido el sentido original debido a su uso desmedido. Hoy en día, por dar un ejemplo, la palabra “amigo” a través de las redes se ha rebajado al punto, no solo de decir “tengo miles de amigos”, sino algo peor, a “creerlo” al punto de compartir nuestros pensamientos y momentos más íntimos con miles de desconocidos. Por eso hoy más que nunca, cuando estés hablando de una verdad bíblica, primero pregunta a la otra persona que entiende de lo que le estás hablando. Puede suceder que vos digas algo y que la persona entienda otra cosa porque la interpreta según sus ideas.
Tener fama y prosperidad es la meta de la mayoría de las personas. Las redes sociales son un vehículo que hacen que ese viaje sea vertiginoso, peligroso y efímero, dejando una posterior sensación de vacío. Tristemente, la Iglesia no es inmune a esto. A la luz de las Escrituras y en su contexto, desde una mirada eternal, es poco lo que se habla sobre estas verdades. Nos hemos olvidado de una de las principales verdades, “no somos de este mundo, somos extranjeros y peregrinos” (1 Pedro 2:11). No estamos en este mundo para ser celebridades ni estrellas. La verdad a la que hemos sido llamados según Romanos 12:2 es a No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Se nos llama a no tomar las costumbres, modas o criterios de este lugar en el que vivimos. Por eso me parece de suma importancia hablar a la luz de las verdades bíblicas sobre este peligro porque la nueva generación digitalizada está en un gran peligro, no solo por lo que ven, sino por la forma en que su mente responde y es moldeada. Pero antes analicemos que significan las palabras FAMA y PROSPERIDAD.
- “Fama”: el concepto de fama y todo lo que implica es muy controversial ya que tiene dos aristas principales: por un lado, la enorme cantidad de gente que piensa que es sólo a través de la fama que se logra el éxito, y, por lo tanto, hacen cualquier cosa con tal de aparecer en los medios públicos, como las redes sociales o el mundo del espectáculo, sin tener talentos o habilidades específicas. En segundo lugar, porque la fama siempre implica ceder en un montón de cosas como, por ejemplo, la privacidad o el derecho a llevar una vida privada y de intimidad. Al mismo tiempo también presupone el acceso a un montón de beneficios y elementos a los que uno no está acostumbrado. Estas cosas pueden fácilmente hacer que se pierda la cabeza porque no solo las personas confunden “Fama” con “Éxito”, sino que también confunden “éxito “con “prosperidad”.
- “PROSPERIDAD” es un concepto que se refiere a la situación económica relacionado a un periodo de tiempo. Un individuo se encuentra en una etapa de su vida de prosperidad si sus circunstancias económicas son favorables. El factor económico es clave en el significado de la idea, pero no es el único elemento puesto que también hace referencia a que el conjunto de los aspectos personales sea propicio.
“La fama y prosperidad tienen como mínimo dos características en común: son Engañosas y son Efímeras. Tienen un precio: “Tu Privacidad”, y se reducen a una búsqueda constante que termina siendo Idolatría
La Biblia tiene mucho que decir sobre la “FAMA” y la “PROSPERIDAD”, pero en relación con el carácter, la obediencia y el reconocimiento a quién nos ha dado los talentos, habilidades y dones: nuestro Padre Celestial, nuestro Salvador y Señor. Romanos 11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. Cuando nuestra vida está en las manos correctas y para los propósitos correctos no estamos aferrados a ninguna de las dos cosas, porque no se trata de nosotros, sino de nuestro Dios, para mostrar la grandeza de su nombre y su poder. No depende de las circunstancias, ni siquiera de la opinión de la gente, porque esta es muy voluble.
La característica más importante es que ni la fama, ni la prosperidad nos pertenecen. Los creyentes se han olvidado de que Dios nos llama hijos y, para adoptarnos, tuvo que dar a su Único Hijo. Hemos sido comprados a precio de sangre, somo siervos, y como alguien dijo: “un siervo nada que perder, nada que demostrar”. Somos Doulos por amor, “esclavos por amor”. Nosotros llamamos a Pablo “el gran apóstol”, pero él comenzaba sus cartas con la palabra siervo. Dolorosamente, hoy en día, se utilizan los ministerios, la música, o la predicación para nuestra propia fama y prosperidad. Cuando los reflectores, los aplausos, o nuestros nombres sean el centro, podemos estar seguros que nos hemos alejado del “Maestro”. No hablo de irnos a los extremos, personalmente creo que las redes sociales son un instrumento maravilloso para la expansión del evangelio, para conectar. ¡¡Pero cuidado!! No todos tienen la madurez para usarlas con criterio y a conciencia.
Una búsqueda aprobada: Elige imitar a los “siervos” a quienes Dios les dio Fama y Prosperidad
Un carácter Integro
Ser consecuente, que lo que haga diariamente refleje lo que digo.
- «Salomón» (1 Reyes 10:1) «Uzías» (2 Crónicas 26:15)
- Tanto el rey Salomón como el rey Uzías habían recibido de Dios su sabiduría y fue su caracter íntegro lo que les dio «Fama». La reina de Sabá no lo había creido hasta que lo vio (1 Reyes 10:4-9). Salomón no solo hablaba sino que sus hechos reflejaban sus palabras. La reina hace mención de la casa que edificó, la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que lo servían, entre otras cosas…y termina bendiciendo a Jehová.
- Lo mismo pasó con Uzías. Las cosas que hizo reflejaban que fue ayudado maravillosamente.
- Estos reyes, usaron lo que Dios le dió para ayudar y bendecir a otros sin importar que fueran nobles o sirvientes. Su «Fama» llevaba gloria a Dios.
- Si alguien pusiera una cámara en tu casa, ¿lo que dicen tus labios, lo verían en tus hechos?
Un crecimiento Interno
Depende de la presencia de Dios en tu diario vivir.
- «José» (Genesis 39:1-3)
- Aquí vemos que la Palabra de Dios dice que José era varón próspero, pero qué distinto nuestro concepto de prosperidad a la de Dios. Porque José era ESCLAVO, trabajaba para que otro se beneficiara, pero Dios estaba haciendo crecer interiormente a este joven que luego iba a administrar no solo todo Egipto, sino las vidas de tantos pueblos. «Prosperar» es mucho más que dinero, o circunstancias favorables.
- Dios quiere capacitarnos para las buenas obras que él preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10) Sin importar tus circunstancias actuales, ¿estás segura de su presencia y que estás prosperando a través de ellas?
Un camino Inigualable
De generosidad, diligencia, confesión, confianza, haciendo honor al nombre que hemos recibido “Hijas de Dios”
- «Jesús»
- (Proverbios 11:25, 13:4, 28:13,25, 22:1)
- A los primeros cristianos se los llamó «los del camino» porque Jesús era, es y será el único camino. Pero si decimos que somos sus hijas deberíamos reflejar el modelo que Dios nos ha dado «Su Hijo». En Juan 13:15-17 Jesús mismo dice; «Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió»
- La vida de Jesús siempre fue de servicio a Dios y a su prójimo. ¿Tú vida le sirve a otros?
- 1 Pedro 2:21-22
- Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca…»
- ¿Estas caminando por el mismo camino de tu Salvador y Señor? El sigue siendo el camino…
- ¿Te caracteriza la generosidad? ¿eres diligente, haces lo que tienes que hacer, cumples tu palabra?
En esta parte deseo dejarte una tarea y un desafío ¿Te animas?
Hemos hablado de que tanto la “FAMA” como la “PROSPERIDAD” son Engañosas y Efímeras. ¡Qué peligro! ¿No?
Tarea: Te animo a meditar sobre la vida del Señor Jesús y elabora tres preguntas que te ayuden a reflexionar sobre lo efímero que fue esta “fama” aunque era verdadera, pues todo lo que el Señor hacía, era bueno y justo. Lee Mateo 4:24, 9:31 y Lucas 5:15
Desafío: Mándanos, esas preguntas al blog, para seguir creciendo juntas.
Preguntas reflexivas:
La fama tiene un precio. Josué y el pueblo de Israel tuvieron que pagar un alto costo al igual que los gabaonitas según Josué 9:9 en adelante ¿Cómo fundamentarías esta afirmación? ¿Cuál sería el antídoto? Piensa en una verdad bíblica. Comparte con una amiga, comparen las conclusiones y elaboren una respuesta.