Jezabel

Ella es totalmente independiente, tiene todo bajo control, defiende sus ideales; y no solo los defiende, también lo implanta como una filosofía de vida. Ella sí que tiene objetivos claros y los logra, cueste lo que cueste. También es influencer, tiene un gran poder de convicción y muchísimos seguidores. Siempre busca ser reconocida, ella está en todos los sectores y niveles de actividad económica y social con la idea de generar cambios.

¡Podríamos decir que esta mujer está a la vanguardia del empoderamiento femenino, pero detrás de este personaje hay mucho más para contar!

Nuestra historia se centra en 1 y 2 de Reyes. La protagonista o antagonista de este relato es Jezabel. Ella era una princesa fenicia, su cultura era totalmente idólatra. Más tarde se convirtió en esposa del rey Acab de Israel (1 Reyes 16:31). Era conocida por su belleza y su poderosa influencia en la corte real. Su nombre significa «sin cohabitación» y refleja su posición prominente en la sociedad. Aunque Jezabel era una mujer astuta y ambiciosa, también era conocida por su crueldad y falta de escrúpulos en la búsqueda de sus objetivos. Ella era dominante y defendía la adoración a Baal. Luchó para que Israel no adorase al Dios verdadero y lo consiguió, fomentó la hechicería y la fornicación, mandó a matar a todos los profetas para apartar a Israel de Dios, y logró influenciarlos contagiando su devoción por los ídolos. Persuadió a su esposo a que permitiera los templos y ritos paganos. Primera de Reyes 21:25 dice, «Pero no hubo otro como Acab, que se vendiera para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.» No fue solo el rey quien cayó bajo su influencia, sino también el pueblo y esto causó una gran división en el reino.

 

Jezabel, como dije, venía de una cultura sumergida en la idolatría. Antes de casarse con Acab fue sacerdotisa de Baal y Asera, estaba entregada totalmente a la idolatría y esto orientaba toda su conducta. Era una mujer pagana que cuando tuvo poder lo usó para influenciar y llevar a muchos al paganismo.

Ella logró que la idolatría se instalara durante su reinado, dominó y tomó el control de todo a través de sus propios criterios. No dudó en desacreditar al liderazgo, encontró reconocimiento de aquellos que seguían sus costumbres. Jamás aceptó cuando fue confrontada; siempre estuvo a la defensiva justificando sus acciones.

Los israelitas fueron influenciados por esta corriente de paganismo y se apartaron fácilmente del Dios verdadero para adorar a ídolos. Ellos tenían conocimiento de lo que Dios pensaba sobre la idolatría y el castigo que traía su práctica, entonces ¿por qué se apartaban tan fácilmente? ¿Por qué la idolatría era atractiva para ellos? Las ceremonias eran totalmente visibles con demostraciones, desfiles, representaciones, etc. Tienen un atractivo para el corazón natural el cual, a menudo, no es capaz de percibir las realidades espirituales invisibles.

Otro atractivo era la diversión licenciosa. Ahí recurrían a toda pasión sensual junto al atractivo de la riqueza, la moda y el lujo. Naturalmente esto era una gran tentación para un pueblo sencillo y agrícola cuya adoración y leyes demandaban la mayor pureza de corazón.

En la actualidad no estamos nada lejos de esto. La influencia viene con ideologías que pretenden manipularnos para que aceptemos ciertos preceptos y normas, y así introducirse sutilmente en nuestras vidas mostrando cierto atractivo.

La verdadera idolatría es mucho más que la práctica de inclinarse ante imágenes. La idolatría hecha raíz cuando sacamos nuestra confianza en Dios y la ponemos en otro lugar, persona o cosa. No estamos lejos de ser atraídas y seducidas por la idolatría, nuestro corazón no es diferente al de este pueblo. Conocían de Dios, comprobaron el poder de Dios en sus vidas, pero cuando llegó la influencia volvieron su corazón a la idolatría.

Sabes, cuando sacamos nuestra confianza en Dios automáticamente nos volvemos independientes, tomando el control de todo lo que hacemos y queremos. Este mismo mecanismo de control nos lleva a manipular situaciones para lograr los objetivos que aparentemente son “espirituales”. El control esta terriblemente asociado a la rebeldía, especialmente al liderazgo del otro; no confiamos en que nadie puede hacer las cosas si no están bajo mi control. Déjame decirte algo, si estás en una posición de liderazgo a cargo de ministerios en tu iglesia, discipulado o haciendo algún otro servicio, tenes que parar y hacer un examen a la luz de Su Palabra para ver cómo está tu vida (Salmos 139:23-24). Debemos animarnos a escudriñar con diligencia y cuidado nuestro corazón para conocer su estado.

La idolatría entra con sutileza, pone en manifiesto la poca confianza que tenemos en Dios, nuestra relación con Él pasa a segundo plano y las emociones ocupan su lugar. Esto también es idolatría. Si nuestra vida, para vivirla cristianamente, se basa solo en seguir ciertos preceptos entonces estamos en los linderos de la idolatría.

Leí esto en un artículo cristiano, “la doctrina puede ser un ídolo, la emoción cristiana puede ser un ídolo; y una alta moral puede ser ídolo, sustituyendo así, y en forma muy sutil, la realidad cristiana, al mismo Dios.”

Colosenses 2:8 – 9 dice: Cuídense de que nadie los engañe con sabiduría o con cualquier teoría hueca, que no son más que doctrinas humanas; pues este es el camino del mundo y no el de Cristo. Piensen que en el permanece toda plenitud corporal.

Somos advertidas para no ser engañadas en buscar en otros lugares fuera de Cristo la plenitud. No hay nada que las enseñanzas humanas puedan darnos para completarnos; solo en Cristo estamos completas.

¿De dónde te estás llenando?

El cuerpo se alimenta de aquello que la cabeza le ofrece: lo que come, lo que escucha, lo que ve, todo entra a través de ella y si nos apegamos a Cristo, a su misericordia, su gracia, perdón y justicia, empezamos a escuchar con Sus oídos, Sus palabras se convierten en algo más que simple filosofía, se convierten en vida y vemos con sus ojos, con la mirada puesta en el Cielo y no en la tierra, en lo eterno y no en lo corruptible, en el Padre y no en el mundo. No nos dejemos engañar, si eres hija de Dios, Cristo es tu cabeza y tu alimento.

Creo que es importante evaluarnos para saber en dónde estamos paradas para tomar acción y alejarnos de lo atractivo de la idolatría.

1 Corintios 10:14 dice “POR TANTO, AMADOS MIOS, HUID DE LA IDOLATRIA”

La palabra “huir” en este versículo no es una sugerencia sino una exhortación, una orden a evitar y escapar con rapidez. Huis rápidamente de situaciones amenazantes.

Podemos pensar que ese mensaje es para los que no van a la iglesia, los que no han oído el evangelio, o los que tienen por ahí alguna imagen guardada en su casa, pero no para nosotros los cristianos porque no somos idólatras. No nos engañemos. Cualquier objeto, idea, filosofía, hábito, ocupación, deporte o todo aquello que recibe nuestro principal interés o lealtad o que disminuye en algún grado nuestra confianza y lealtad en Dios es idolatría.

¿Estás permitiendo algún tipo de interés que estén desviando tu mirada de Dios?

¿Estás dispuesta a dejar que Dios examine tu corazón y puedas ver realmente qué hay?

Seamos capaces de tomar acción ante el peligro que representa la idolatría para nuestra vida, huyamos para ser luz en medio de las tinieblas, examinemos nuestro corazón a luz de Su Palabra para poder influenciar a otros.

 

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