Muchas de nosotras usamos los estados de WhatsApp y las historias en diferentes redes sociales para compartir cómo estamos, qué es lo que hacemos, compartimos versículos bíblicos, frases etc. ¿Qué pasaría si juntamos los estados de todo el año? Seguramente habría momentos de alegría, de amor, de tristeza, de perdida, de frustración, etc. En algunos momentos mostraríamos nuestra cercanía con el Señor, en otros, una vida cristiana inestable. Por eso es necesario observar detenidamente nuestros estados durante el año para poder realizar una correcta evaluación.
Lo primero que se me ocurrió hacer fue buscar la definición de la palabra autoevaluación: “La autoevaluación de conciencia es un proceso introspectivo que permite, primero, visualizar y luego juzgar las propias conductas y pensamientos, para que en caso de ser necesario castigar a partir de acciones correlativas a aquellos que no conduzcan a la meta fijada”.
Para mí es muy difícil autoevaluarme, en realidad, no sabría qué nota ponerme o qué palabra definiría mejor mi vida espiritual. Una evaluación personal necesita mucha honestidad y severidad a la hora de detectar un error.
En primer lugar, para ser evaluadas, necesitamos una consigna o puntos específicos en donde evaluar. Quizás te pusiste metas a principio de año: cumplir con un plan de lectura determinado, tener una lista de oración diaria; aún más personales: metas en cuanto la confesión de pecado o vencer algún pecado que has notado que luchas con continuidad; o quizás no, nunca habías pensado ponerte estas metas anuales, pero aun así necesitas una evaluación para comenzar el próximo año con cambios en tu relación con Dios.
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos…” 2 Corintios 13:5
En este versículo Pablo les dice EXAMÍNATE, ¿Cuántas veces te has detenido a ver si lo que estas haciendo esta bien? Si vas por el camino correcto, si realmente estas en el lugar, la posición en la que deberías estar. Pablo nos anima a visualizar, a mirar nuestros “estados” y por qué no, tomarles una captura, y mirarlos detenidamente desde el día uno, y los meses que le continuaron a este. Piensa que no es un año más; me gustaría que pudieras mirar cómo fue creciendo, o cómo fue estancándose tu relación con Dios durante este año, cuándo fueron esas altas y bajas durante tu caminar con el Señor.
Ahora sí, teniendo un panorama completo, PRUÉBATE, toma un tiempo para responder estas preguntas ¿Qué tanto has aprendido durante la caminata con el Señor este año?, ¿Cuántos versículos hoy vienen a tu memoria que te ayudaron en la restauración de una caída? ¿Cómo es tu fe comparada con la que tenías a principio de este año? ¡Viste cambios para bien, Amen! Y si no hay cambios te animo a comenzar un próximo año para la gloria de Dios.
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón pruébame, y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mi camino de perversidad, y guíame, en el camino eterno.” Salmo 139:23-24
Y por último ENCAMÍNATE, y para eso solo necesitas Su guía. Examínate a través de Su palabra, permite que tu corazón sea probado y conoce tus pensamientos, no permitas que tus errores sean la excusa para desviarte del camino eterno. Tenemos un Dios tan bueno y misericordioso, que nos da nuevas oportunidades en el momento que volvemos a abrir los ojos.
Quiero animarte a que busques una amiga; una amiga que pueda ayudarte a evaluar tu vida espiritual, esa persona que sabes que te va a acompañar, ¡Que te va a corregir, y sobre todo, que te va a animar! Para eso necesitas rendir cuentas periódicamente (aclaro: no solo de las cosas en las que me van bien sino también en las que están mal), y quizás pienses “no es posible”, “me da vergüenza contar mis derrotas”, “tengo miedo a que me critiquen”, “mi amiga se desilusionaría de mi”.
“Mas valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!” Eclesiastés 4:9-10
Como mujeres tenemos la necesidad de compartir, de tener un tiempo con una amiga, y que provechoso sería si ese tiempo lo utilizo para animar y para ser animada. La evaluación de nuestra vida espiritual cambiaría ya que no solo sería íntima, sino que la compartiría con alguien que me conoce tan bien y sabe que tiene el derecho de corregirme.
“Mis amados hermanos, si alguno de ustedes se aparta de la verdad y otro lo hace volver, pueden estar seguros de quien haga volver al pecador de su mal camino salvará a esa persona de la muerte y traerá como resultado el perdón de muchos pecados” Santiago 5:19-20 NTV
Nos necesitamos las unas a las otras. Necesitamos morir al “Yo” para prestar nuestro oído, nuestro corazón a la otra y viceversa, también necesitamos abrir nuestro corazón a otra.
Quien más que una compañera en nuestro andar diario para ayudarnos en la evaluación final del año. ¿Tienes una? Es hora que se sienten a evaluar. Y si no la tienes te animo a que busques una amiga confiable y le propongas rendirse cuentas.
¿Qué estado vas a poner hoy?