Diciembre, un pestañar y el año termina y estoy segura de que ha tenido de todo: alegrías, encuentros, despedidas, reencuentros…y agrega todo lo que falta. Quiero proponerte que te detengas un minuto, agarres tu Biblia y prepares tu corazón. En este momento, oro para que La Biblia, que es lo único que tiene el poder para transformar y moldear tu mente, hable a tu vida. Muchas veces corremos el riesgo de mirar la vida como lo hace el mundo y terminamos pensando o hablando de una forma no bíblica; esto, diría Pablo, “no debe ser así”. Me gustaría darte un ejemplo: ¿estás deseando que el año se termine y que comience el nuevo? Las personas sin Cristo, tienden a pensar que cuando un año nuevo comienza todo empieza de cero, y se llenan de esperanzas falsas. ¿Hay algo de esto en tu forma de pensar? No importa cuál sea tu situación, no debes pensar así. Porque para el hijo de Dios, hoy, es el día de nuevas oportunidades.
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” Lamentaciones 3:22-23
Mi más profundo anhelo es que tu mente cambie, porque según el calendario de Dios, hoy es ese día de esperanza para comenzar a realizar verdaderos cambios, tomar decisiones, entregar en sus manos esa situación difícil o a esa persona. Salmos 118:24 dice: Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él. En oración dile a Dios: “Señor hoy decido poner mi vida en orden, alinear mi mente a tu palabra y, sin demoras ni excusas, ponerla por obra”. Isaías 25: 1 dice: “Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza”. Isaías nos muestra cómo vivir el hoy, con la memoria del pasado y la certeza del futuro, porque sabemos dónde está nuestra confianza: en Su Persona fiel y en su Palabra. Para poder estar firmes hoy, debo hacer en primer lugar:
1- Una Declaración de Pertenencia:
“Jehová, tus eres mi Dios…”. ¿Es Jehová tu Dios? La Biblia dice que Dios tiene un nombre que solo le pertenece a él: Jehová (Éx. 3:15; Sal. 83:18). Proviene de un verbo hebreo, que significa “llegar a ser”. Algunos expertos dicen que este nombre significa “Él Hace que Llegue a Ser”. Esta definición encaja con el hecho de que Jehová, creó todas las cosas y que cumple todo lo que se propone (Is. 55:10, 11). Quisiera que te quedes con esta verdad; si Jehová es tu Dios, él hará que llegues a Ser lo que el determinó que serías (Flp. 1:6). Pero para ello debes caminar a la perfección. Piensa en estas tres preguntas y responde con sinceridad:
- ¿Cómo está tu Obediencia? (1 Sam. 1:22) ¿Hoy leíste su Palabra? ¿Qué te dijo? Dios está más interesado en lo que debemos ser, que en lo que debemos hacer. Él quiere tu corazón. Sus palabras siempre apuntan allí, ¿de verdad estás prestando atención? ¿Ayer había cosas en tu vida que hoy, decidiste cambiar en obediencia? ¿Hoy eres más parecida a tu Salvador, a tu Dios?
- ¿Cómo está tu Confesión? (Lc. 15:7). El gozo de Dios siempre será nuestro arrepentimiento, ese cambio de rumbo, como lo hiciste aquel glorioso día en el que Dios, cambió el rumbo de tu eternidad. Un verdadero avivamiento espiritual, comienza al mirar nuestras vidas y decir: “Señor, quiero ser como tú, quiero tener más santidad en mi vida. Se lo que debo sacar de mí, y sé qué debo incorporar. Hoy cambio el rumbo de mi vida”. Así que, hazte esta pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que me arrepentí? ¿Hay algo por lo que deba arrepentirme hoy?
- ¿Cómo está tu Amor? (Mr. 12:30) ¿Es nuestro Señor tu verdadero amor? Nosotros somos seres imperfectos; constantemente, nuestro amor cambia de dirección hacia personas y objetos, pero amar a Dios, debería ser nuestro mayor propósito de la Vida. Si realmente amas a Dios, lo escuchas, le hablas, te rindes a sus cuidados, a sus tiempos y a sus propósitos, por la simple y absoluta verdad de que confías en Él. Un día Jesús, le preguntó a uno de sus discípulos: ¿Pedro me amas? Y ÉL te hace la misma pregunta a ti. Tomemos unos minutos para orar, dile con tus palabras que Él es tu Dios, que es tu deseo ser lo que él quiere que seas. De que te arrepientes de tu pecado y falta de obediencia y dile tu deseo de poder amarle y servirle como Él se merece.
2- Dedicada a la Gratitud por su Persona
“Te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas”. Isaías toma la decisión de que el nombre de Dios sea “levantado,” o reconocido entre los hombres; porque la gente se había rebelado contra Dios y ante su juicio su nombre se hizo bajo. Muchas veces escucho a los cristianos, quejarse de las circunstancias, de las personas, de las cosas, y de la forma que Dios responde o actúa. Pareciera que Dios es malo, que solo quiere hacernos sufrir y darnos aquello que más tememos o no queremos. El mundo observa y escucha también, y en consecuencia, no quieren ese Dios. Pero como diría el Salmista “ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón“(Sal. 73:1). En Mateo 5:8 Jesús dijo: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. ¿Puedes ver a Dios en tus circunstancias, ver su mano amorosa? Quisiera que te tomes un tiempo para examinar tu alabanza y exaltación de su Persona. Para ello:
- Recuerda su Nombre “Emanuel “Dios con nosotros. Nunca te olvides quien está contigo, Él jamás fue vencido; las aparentes derrotas, siempre tuvieron propósitos sublimes, eternos y gloriosos; lo que está sucediendo en tu vida jamás será para tu mal; mira a Dios en tus circunstancias; si no hay pecado, Él está obrando a tu favor, y si lo hubiere, arrepiéntete. La disciplina o la prueba, siempre es para tu bien, porque Dios está con nosotros y por nosotros. El está allí contigo. Alaba y Exalta Su Nombre.
- Repara en sus maravillas (Col. 1:12-13) Puedes mirar la maravilla más increíble de todo lo creado; nada se compara a la maravilla de lo que Dios ha hecho por ti. Te Limpió con su sangre, y eso te hizo apta para ser su hija; nunca estarás sola; el Consolador está en vos, te acompañará en tu peregrinar aquí en la Tierra, cruzará contigo el valle de sombra de muerte y te llevará junto al Padre. Alguien dijo, que recibimos cada día 86.400 segundos, y te pregunto: ¿cuántos de ellos, utilizas para Exaltar, Alabar su nombre? Hoy es el día y este momento para hacerlo.
3-Dispuesta a anclar mi vida en Su Palabra:
“Tus consejos antiguos son verdad y firmeza” El desafío de hoy es tomar la Biblia y decidir leerla, meditar en ella, memorizarla, guardarla en tu mente y atesorarla en tu corazón. Sin ella no somos nada, y por ella, podemos ser todo lo que Dios ha determinado que seamos. Quiero hacerte un desafío: a partir de este día, por un año, en tu devocional, coloca metas altas. Proponte leer la Biblia en forma completa. No tienes idea de lo que Dios obrará en tu mente; cambiará tu conducta y moldeará tu corazón con su palabra (He. 4:12). Si de verdad lo creemos, haremos lo necesario para que ella, more en abundancia, en nuestras vidas. Memoriza un libro completo, un capítulo o un versículo por semana. Estúdiala, elige un libro de la Biblia del NT o del AT, y profundiza en el mismo; tu vida será otra, porque tu mente y la percepción de cómo ves la vida y las personas, no será tuya, sino de Dios (He. 5:14). Úsala en tu tiempo de oración; porque Dios cumple sus promesas, y sus palabras son verdad, y el ancla firme de nuestra alma.
Amada joven, levantemos nuestras copas imaginarias en este día, en este preciso momento: “Feliz Día Nuevo”; hagamos de nuestra vida diaria, un Salmo de Alabanza a nuestro Dios. Con amor, tu consierva.