No soy perfecta pero Confío en tu amor
Desde mi conversión siempre he tenido la seguridad del amor de Dios. Es una promesa que siempre me ha acompañado, sobre todo con los versículos de Romanos 8:38-39, tan conocidos. Fueron mis favoritos durante muchos años. Siendo una niña y luego una adolescente bastante tranquila, no me costaba demasiado creer que Dios podía amarme y perdonarme …