¿Qué significa ser complemento? Complemento es algo que se añade a otra para hacerla mejor, más efectiva o perfecta. Esta es una definición del Google pero que acertada es. Justamente es eso lo que nosotras de alguna u otra forma tenemos que lograr dentro de lo que realizamos. Quizás ya estás en un ministerio activamente o quizás no. Siempre podes ser ese complemento de alguna forma, pero tenemos que abrir bien los ojos para ver en dónde puedo lograr ser ese complemento. Observa a tu alrededor; siempre están esas personas que nos complementan para, justamente como decía la definición, hacerlo más efectivo.
En la Biblia siempre tendremos ejemplos de cómo debemos vivir nuestras vidas o cómo tenemos que realizar nuestro ministerio. En esta ocasión podremos ver la vida de una mujer que, aunque se habla poco, podemos aprender mucho de cómo lograr ser esa parte para mejorar lo que ya se está haciendo o ser esa ayuda para que lo que se hace, se haga con más efectividad. En esta ocasión veremos varios aspectos en la vida de PRISCILA.
Es interesante que cada vez que es mencionada Priscila en la Biblia siempre es a la par de Aquila, su esposo. Siempre está acompañando el ministerio. Se les conoce como un matrimonio muy eficaz, también Pablo los menciona en un momento como sus colaboradores y amigos. Hagamos un pequeño recorrido en la vida de Priscila donde veremos aspectos muy específicos en los que nos enseñará cómo nosotras también podemos seguir su ejemplo.
Complemento en los cambios
En Hechos 18:1-3 se los menciona por primera vez cuando Pablo en un viaje a Corinto encuentra a un judío llamado Aquila y a su mujer Priscila. Ellos venían de Roma ante la orden de Claudio de que todos los judíos debían irse. Ellos salen de ese lugar y, al conocerse, se sienten identificados ya que ambos eran del mismo oficio, se dedicaban a hacer tiendas. Podemos ver que ambos trabajaban para su sustento, mantenían un trabajo por el cual también lograron ser de bendición a Pablo y así juntos trabajar. Imaginemos por un momento a esta mujer yendo de un lugar a otro siguiendo a su esposo, empacando y desempacando. No habrá sido nada fácil las mudanzas y en ningún momento se la menciona como una mujer que se quejó o que estuvo en desacuerdo, sino al contrario, le facilitó las cosas a su esposo; hizo que quizás cada cambio fuera más sencillo para ambos al ayudar aun en el trabajo para lograr juntos un ingreso para su familia. Sin duda que Pablo habrá visto en ella eso, una mujer dispuesta a ser ese instrumento; para ser el complemento sin importar la situación.
Qué difícil son los cambios ¿Cómo reaccionamos ante un cambio de liderazgo? ¿Cómo es mi actitud ante un cambio de lugar de servicio donde me siento cómoda? En lo personal me ha costado cada vez que en mi vida se vienen los cambios, en ocasiones me ha causado hasta lágrimas, pero aun en estos casos podemos ser ese complemento que Dios quiere que seamos para poder mejorar lo que hacemos o lo que otros hacen. Podemos ser más efectivas a través de estos cambios que Dios permite en nuestras vidas. En cada uno de ellos podemos ver a Dios obrando, porque al final de todo eso es lo que Dios hace, nos enseña a través de esas circunstancias. Salmo 32:8 nos dice “Te hare entender y te enseñaré el camino en el que debes andar…” Salmo 37:5 “encomienda al Señor tu camino confía en Él y Él hará.”
Sin lugar a duda Dios estaba preparando a Priscila para lo que vendría después, ese ministerio que Dios ya tenía para ella. En Hechos 18.18-23 se la ve una vez más viajando junto a su esposo acompañando a Pablo a Éfeso, lugar en el cual se instalaron para hablar del evangelio. Priscila tomó el lugar que como esposa debemos cumplir, seguir a nuestros esposos al lugar donde él vaya siempre con la guía de Dios. Ella demostró que junto con su esposo podían ser una pareja eficaz en el ministerio. ¿Te cuestan los cambios en tu vida o dentro del ministerio? ¿de qué forma puedes ser ese complemento en medio de lo que está pasando para lograr vivirlo de manera que lo disfrutes y agrades a Dios?
Complemento en la Enseñanza (Discipulado)
En Romanos 18:24-26 vemos que Priscila y Aquila tienen un encuentro con Apolos, un hombre bien educado y elocuente que enseñaba apasionadamente acerca de Jesús. Sin embargo, Apolos tenía una comprensión incompleta acerca del evangelio él solo sabía sobre el bautismo de Juan. Al ver esto, Priscila y Aquila lo llevaron aparte y le explicaron con más exactitud el camino del Dios. “Lo tomaron a parte”, no lo expusieron para mostrar que ellos tenían más conocimiento, sino que fueron humildes y le hablaron en un lugar aparte respetando también a la otra persona. De esta manera se los ve guiando, instruyendo con más claridad, y equipándolo para el ministerio; fueron intencionales en la enseñanza. A Priscila se la ve siendo parte en esto, mostrando interés para que otros conozcan más del Evangelio. La Biblia no lo menciona, pero me imagino que no sería la única vez en la que ella fue parte de la enseñanza y la guía. Hoy en día podríamos decir que invirtió tiempo en discipular.
Mateo 28 :19 nos dice, “Por tanto id y haced discípulos a todas la naciones “. Este mandato nos desafía a profundizar en las Escrituras, a estar siempre preparadas para compartir el evangelio con los demás y a recordar que cada creyente necesita que lo instruyan bien en la fe sin importar el papel que desempeñe en la iglesia (Marcos 16:15).
En esta ocasión fue con Apolos, pero en tu caso puede ser que le dediques tiempo a un miembro de tu familia, una persona nueva en la iglesia, un niño, tus hijos, cada uno de ellos necesitan. Recuerda el concepto de complementar: “cosa que se añade a otra para hacerla mejor, para que sea más efectiva” ¿Estas invirtiendo tiempo en la vida de otra persona? ¿Cuánto tiempo le dedicas a la Palabra de Dios?
Complemento en el Hogar
En 1 Corintios 16:19 se menciona que la iglesia se encuentra en su casa. Sin duda que al abrir las puertas de su hogar para la iglesia esto fue una pieza clave para la expansión del evangelio, ayudando a personas con acciones generosas. El hogar puede ser una herramienta valiosa para la evangelización. Priscila al abrir las puertas de su hogar muestra uno de su ministerio claramente visibles como ayuda (complemento) a su esposo, siendo esa parte hospedadora para recibir en su hogar a las personas (Hebreos 13:1-2). “Practica la hospitalidad en tu vida y serás ganador de grandes bendiciones”. Seguramente habrá construido relaciones solidas con otros creyentes, oportunidades de discipulado y crecimiento espiritual. Cuán importarte es cultivar relaciones que sean significativas dentro del cuerpo de Cristo y amistades sólidas como lo fue Pablo para ellos.
¿Te cuesta abrir tu hogar para recibir personas? En lo personal es algo en lo que Dios fue cambiando mi corazón. Recuerdo que en mi adolescencia mi casa siempre estaba con personas que mis padres recibían. Mi mamá fue una persona que usaba su hogar para bendecir a los que la rodeaban, ayudar, y aconsejar. Así vi pasar muchos jóvenes amigos de mis hermanos y mis propias amigas, y ella siempre los escuchaba y les hablaba de Jesús. Pero cuando tienes tu propio hogar piensas en cosas como “estoy cansada”, “no tengo tiempo”, “lo puede hacer otra persona”, etc.
Priscila uso su hogar como el instrumento para llegar a las personas y así causar un impacto en sus vidas, ¿Cuántas mujeres habrán ido en búsqueda de un consejo? Su hogar era el lugar en donde las personas iban y encontraban respuestas, encontraban a Dios. ¿Pueden las personas pensar así de tu hogar? ¿Es una carga o una bendición tener personas en tu hogar? ¿Utilizas tu hogar para bendecir a otros como un instrumento para expandir el evangelio?
Complemento = Colaboradores
Pablo en Romanos 16:3-4 los menciona como sus colaboradores, se les menciona como aquellos que arriesgaron su propia vida, y se les muestra un agradecimiento no solo por Pablo sino también el resto de las iglesias. Sin duda el impacto de sus vidas en los demás muestra que tenían un ministerio activo y participativo. También en 2 Timoteo 4:19 Pablo los saluda. Nos muestra como Pablo siempre les tenía presente. Esto significa que eran personas cercanas a él. Me imagino a Priscila siendo parte en cada reunión, en cada exposición del evangelio, colaborando, siendo esa parte que ayuda en todo lo que implica el servicio y comunicación a otros del evangelio, de tal forma que Pablo la menciona como una de sus colaboradoras en el ministerio; una persona que trabajaba activamente en lo mismo que Pablo, probablemente de diferentes formas, pero siempre activa.
El servir junto a otras personas nos lleva a formar vínculos que nos ayudan a crecer, a formar amistades sólidas que te bendicen, también a compartir diferencias o desacuerdos, pero al final de cuentas, a crecer en el Señor por medio de todo esto. ¿Cómo puedo ser parte en el ministerio en mi iglesia? ¿De qué forma sirvo a otros? ¿Pueden considerarme como una persona que colabora? ¿Estoy dispuesta a colaborar cuando me lo piden? Cuando pienso en esto no puedo dejar de pensar en las mujeres de mi iglesia. Ellas siempre están dispuestas a ser ese complemento, esa parte que se añade para que el ministerio sea más efectivo. Nosotros trabajamos con la escuela bíblica con los niños y cada sábado estas mujeres fueron parte llevando cosas ricas para el desayuno de los niños. Ellas hicieron que nuestro ministerio fuera más sencillo, más eficaz. Fueron parte, aunque no fuera visible para otros; fueron parte, aunque no estuvieran dentro de nuestro ministerio. ¿Te das cuenta? Tienes diferentes formas de ser parte y colaborar para las actividades de tu iglesia. Cosas simples como hacer una torta, limpiar, poner tu auto a disposición de personas que lo necesiten, visitar, abrir tu hogar, etc. Siempre hay oportunidades para servir, solo tienes que estar atenta y dispuesta.
En la sociedad que vivimos es tan difícil pensar en ser un complemento, una ayuda para otro. Hoy la mujer quiere ser el centro de atención, quiere demostrar su independencia, ser esa persona reconocida, ser la que tiene el poder para decidir por sí misma. Tristemente, en ocasiones, esto se traslada a la iglesia. A veces vemos que a la mujer le cuesta tomar el lugar que le corresponde porque quiere ser la que tiene el control, la que es independiente en la toma de decisiones dentro del ministerio del que realiza y esto genera desacuerdos. Pero al ver el ejemplo de Priscila podemos darnos cuenta de que podemos ser esa ayuda, ese complemento, de diferentes formas y así lograr que cada vez más el evangelio crezca y se expanda. Priscila lo dio todo, se jugó por completo por amor al Señor, por amor a las personas. Esto lo vemos desde viajar de un lado a otro, abrir las puertas de su hogar, instruir a las personas en la Palabra de Dios, poner en peligro su vida por su compañero de ministerio, buscar las oportunidades de servir de tal forma que es considerada colaboradora en el ministerio de Pablo. Y vos ¿en cuál de estas áreas te sientes identificada? ¿En cuál de estas áreas tienes que trabajar un poco más?
“Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
1 Corintios 15:58