Mi mayor privilegio: servir a Dios

“ No sirviendo al ojo como los que quieren agradar a los hombres sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios.” Efesios 6:6

Cuando me pidieron estudiar sobre el tema de ser disciplinada en el servicio a Dios, enseguida me vino a la mente una frase que hace 16 años, junto con mi esposo, pusimos en nuestra invitación de boda:
“ Para un servicio mejor “. Suena muy bonita la frase pero a lo largo de los años entendí que esto significa sacrificio, renuncia y abnegación; pero esto no se compara con lo que recibo: satisfacción, un corazón lleno, y el ser testigo de los milagros que Dios hace.
De todas las disciplinas espirituales, el servicio es la que más desarrolla en nosotras la humildad y el altruismo; nos hace mirar al exterior en vez interior y también considerar las necesidades de otros antes que las nuestras.
Debemos entender que ser una persona disciplinada no se refiere al legalismo, sino que como hija de Dios es muy importante que seamos disciplinadas en nuestra vida espiritual. Mi servicio a Dios no se refiere al don de servicio. Es un deber de cada cristiano, a esto fuimos llamados, a servir de corazón y esta es la voluntad de Dios.

1.¿A quién debo servir?

En Gálatas 5:13b dice: “servíos por amor los unos a los otros”.

  • En primer lugar debo servir A MI FAMILIA.
    Personalmente descubrí que me es más fácil servir fuera de mi casa que en mi casa, y Dios en su soberanía permitió esta pandemia para obrar en mi corazón. Mi lema en este tiempo es : “NO SE TRATA DE MI”.
    Colosenses 3: 23-24 nos dice “ Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como si fuera para Dios y no para los hombres, porque a Cristo servimos. “ Mi esposo y mis hijos deben estar seguros que pueden contar con mi ayuda y lo debo hacer con amor. Si no estás casada, la familia que Dios te dio es el lugar donde debes empezar a servir al Señor.
  • A LOS DE ALREDEDOR
    En las circunstancias de estos días podemos servir a nuestra congregación y vecinos, donde sea y como sea. Puedo llevar alimento y abrigo a las familias necesitadas, hacer algún mandado para los mayores de la iglesia, usar los medios de comunicación para ver cómo están mis discípula, etc.
    Debo mostrar de manera palpable amor e interés sincero a los que me rodean.
    Seguro que todas, en algún momento de nuestra vida, fuimos beneficiadas del servicio de otros hacia nosotras, puede ser tu pastor, tu líder de Club Biblico, la persona que te discípuló.
    En lo personal, y por nuestro ministerio, viajamos bastante al interior del país en zonas muy humildes y ahí es donde más he aprendido sobre el servicio con amor. Estos hermanos dan todo lo que tienen, sirven con excelencia, sacrifican “sus comodidades” para que otros las usen. Esto me hace acordar de la generosidad de los macedonios: “su profunda pobreza sobreabundo en riqueza” , “dieron según sus posibilidades y aún más allá de esto” 2 Corintios 8:2-3
    “Suplicandonos con muchos ruegos”, en otra versión dice: espontáneamente nos pedían con mucha insistencia el favor de participar en el servicio.

2. ¿Cómo debo servir?

Esto lo aprendemos de nuestro mayor ejemplo, el Señor Jesús.

“El hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” Mateo 20: 28

En otras palabras Jesús nos dice : tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo el Mesías. No vine a ser servido, sino servir y dar mi vida.
Para servir a Dios no tenemos que estar en la iglesia las 24 horas, es más una actitud, una forma de pensar, un estilo de vida. Es estar al servicio del otro, en el lugar donde Dios nos puso.

  • Debo servir CON HUMILDAD, considerando a los otros como superiores ( Fil. 2:3)
  • NO BUSCANDO MI PROPIO INTERÉS ( Fil. 2:4)
    Hace bastante escuche esta frase: “Nada disciplina más los deseos de la carne como el servicio, y nada lo transforma más que servir en el anonimato”.
    Nuestra carne va a buscar maniobras sutiles para llamar la atención sobre el servicio que hacemos pero debemos recordar que cada día nos ejercitamos (nos esforzamos, trabajamos duro), que todo lo que hagamos sea solo para darle gloria a Él.

3. ¿Cuáles son los beneficios?

¡Servir a Dios es un enorme privilegio! Aún así hay beneficios, hay recompensas.

  • Dios honra nuestro servicio
    “Si alguno me sirviere, mi Padre lo honrará” Juan 12: 26b
    Aquellos a quienes servimos muchas veces expresan su gratitud de formas hermosas. El apóstol Pablo con su equipo lo vivieron, en Hechos 28:10 nos dice:
    “…nos honraron con muchas atenciones, y cuando zarpamos nos cargaron de las cosas necesarias”
    Como familia hemos palpado esto muy de cerca, ¡Cuánta verdad hay en la frase : ocúpate de Dios y Él se ocupará de tus necesidades!
  •  Dios nos da amistades a través del servicio.
    Llegamos a conocer a las personas al servirles, nos familiarizamos con sus circunstancias, sus desafíos, sus esperanzas.

De mi corazón al tuyo: Aprende y acepta que otros te sirvan. Acceder a que otros nos sirvan es un acto de sumisión y servicio. Al recibirlo nos sometemos al regalo que se nos ha hecho con amor. Así demostramos respeto por la dádiva y el dador.

Lo más maravilloso del servicio a Dios es que no tiene fin.
La grandeza del cristiano proviene de servir “El que quiera ser grande entre ustedes, debe servir a los demás” Mateo 20:26
Nuestra sociedad ha logrado que cada vez miremos más nuestras necesidades, nuestros derechos, nos compadecemos más de nosotros mismos, vemos los que nos hace falta, y esto nos impide mirar alrededor.
No se trata de organizarme para ver cuándo puedo servir a Dios, se trata de la actitud, de entender que debemos aprovechar las oportunidades.
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de Dios”Gál. 6:10
Servir al prójimo con amor y humildad, como lo hizo Jesús , sin otro interés que glorificar al Padre es una disciplina que vale la pena practicar.

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1 comentario en “Mi mayor privilegio: servir a Dios”

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