Da gracias a Dios por sus misericordias

¡Qué año! ¿Verdad? Si alguien nos preguntó a principios del 2020 qué era lo que esperábamos para este año, o que planes teníamos, seguramente nuestras respuestas fueron muy diferentes a lo que realmente vivimos o hicimos. Quizá hasta pensamos que Dios frustró nuestros planes y nos mantuvo encerradas bastante tiempo; Sea cual sea que hayan sido nuestras circunstancias este año, si miramos a Dios y a Su Palabra, podemos ver a un Dios Misericordioso, que usa de su misericordia SIEMPRE, y en cada camino que nos permite atravesar. Sal 25:10.

¿Qué es la misericordia? Es imposible en una sola palabra describir qué significa. Pero podemos definirla como sentir compasión, ofrecer ayuda y brindar apoyo. En el diccionario cristiano encontramos que es bondad, amor constante, fidelidad y benignidad.
Si observamos las sillerías del coro de una Catedral gótica, tienen unos asientos plegables para cuando había que levantarse y cantar. Como apoyo para tiempos prolongados de pie, se crearon en la parte inferior de los asientos las “misericordias”, que permitían apoyarse. Esta imagen nos ayuda a reconocer que la misericordia tiene mucho de “punto de apoyo”, donde reposar para descansar y sentir alivio. Un punto de apoyo para el que se encuentra cansado, el cual no le permite no caer. Lamentaciones 3:22b-23 nos recuerda que la Misericordia de Dios en nuestra vida siempre está, y cada día se renueva. Es que en su Misericordia, puedo encontrar la ayuda necesaria, y el apoyo para enfrentar diariamente el camino que Dios trazó para mí.
En Genesis 37-50 encontramos la vida de un hombre ejemplar, José. Si hoy tuviéramos la oportunidad de preguntarle, creo que nos podría decir que sus planes también se vieron afectados, pero que los planes de Dios, aunque al principio quizá no los entendió, fueron lo mejor y aun mucho más de lo que pudo imaginar (Isaías 55:8)
Fue un hombre que vivió por encima de las circunstancias, y en ellas, aprendió a ver la mano de Dios, y a transformarlas en oportunidades. Ahora bien, ¿Oportunidades para qué?

CONOCER.

Cada circunstancia que José paso como esclavo (Genesis 39:1-2) o como prisionero (Genesis 39:20-21), fueron una oportunidad de conocer a Dios. Un Dios que nunca lo abandonó. De la misma manera, el Señor nos recuerda en Mateo 28:20 que siempre está, y estará conmigo. José también pudo conocer a un Dios que siempre fue bondadoso, en Genesis 39:21 (NVI) dice que Dios, no dejó de mostrarle Su Amor. En cada lugar, él se ganó la confianza y el favor de las personas que lo rodeaban (con Potifar, con el encargado de la cárcel y aun ante Faraón). Dios sigue siendo el mismo y no cambia. Entonces, conocerle, saber cómo fue con otros, de qué manera actuó, nos va a dar la paz y la tranquilidad que necesitamos para atravesar cualquier situación. ¿Qué estoy haciendo para conocer más a Dios? ¿Puedo decir que este año invertí tiempo en conocerle más?

ACEPTAR.

La vida de José fue un cambio continuo de circunstancias, muchas de ellas fueron injustas. Vendido por sus hermanos, hecho un esclavo, puesto en la cárcel a raíz de una calumnia, olvidado allí después de hacer algo bueno, etc. Pero a pesar de todo esto, al conocer a Dios y aprender a confiar en Él, José aceptó Sus planes. Aceptar significa: Recibir sin oposición lo que se da. En ningún versículo encontramos que José se enojó, se deprimió o peleo con Dios. Claro que muchas veces habrá estado triste, cansado o desanimado. Sabes que aceptar, no significa que siempre voy a entender porque me pasan algunas cosas. Lo que significa es que yo entiendo que estas circunstancias son parte del plan de Dios para mí. En Romanos 8:28 dice: “y sabemos” … algo que estoy convencida (aunque no siempre entienda lo que Dios hace). El siempre usa TODO lo que me pasa (sea bueno o malo) para mi bien. José no puso su enfoque en todo lo que no podía hacer, sino en aquello que Sí podía. Hizo las cosas con excelencia para Dios, de tal manera que los demás pudieron ver y reconocer la presencia de Dios en su vida (1 Corintios 10:31). Recordemos que donde estamos hoy, es el plan de Dios para nosotras. Dejemos de pelear y aceptémoslo sin oposición. Mi actitud no tiene el poder para cambiar mis circunstancias, pero si puede cambiar la manera como las atravieso. Pongamos nuestro enfoque en aquellas cosas que, Si podemos hacer, hagámoslo con excelencia para que otros puedan ver a Dios en nosotras.

CRECER.

Todas las cosas que José vivió fueron una herramienta en su vida para ayudarlo a madurar. ¿No piensas que con todo lo que le tocó vivir, él podría haberse sentado y autocompadecerse? El aprendió a quitar sus ojos de sí mismo, levantar su mirada, y ser de bendición para otros. En Fil 2:4 dice: «no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros». Siempre encontró la manera de servir a otros, aun cuando humanamente podemos decir que los demás no lo merecían. En Genesis 39:3 dice que Dios bendijo la casa de Potifar a causa de José. En Genesis 40:2-8 nos dice que el copero y el panadero eran prisioneros como el, pero él se preocupó por ambos, y busco la manera de solucionar la tristeza de ellos. En Genesis 45:4-5 vemos el encuentro de José con sus hermanos. Aprendió a perdonar, servir y bendecir a aquellos que le habían causado tristeza en su vida. Dios siempre nos da oportunidades de servir a los demás, solo tenemos que quitar la mirada de nosotras mismas. Usemos nuestras circunstancias como un impulso para crecer, bendiciendo a los demás.
Terminando el año podemos decir que los planes de Dios no fueron los nuestros ¿Verdad? Pero podemos estar seguras de que Sus planes SIEMPRE son mejores.
Hebreos 4:16 nos recuerda que podemos acercarnos a Dios con confianza, en cualquier momento y circunstancia para recibir la ayuda oportuna ante nuestra necesidad, porque Él ha sido, es y será Siempre Misericordioso.
Que este nuevo año que comienza, en cada circunstancia que nos toque vivir, podamos transformarlas en oportunidades para Conocer más a Dios, Aceptar sus planes y Crecer. «

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