«Queridos hijos, aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en el corazón»
1 Juan 5: 21- NTV
Quizás al leer este título, te dices: «esto no es para mí, no tengo luchas con la adoración a imágenes de santos…» pero, ¡un momento! no te vayas, sigue leyendo… Uno de los primeros versículos que aprendí fue Proverbios 4:23. Dice así en la siguiente versión (Biblia de las Américas): «Con toda diligencia guarda tu corazón porque de él brotan los manantiales de vida»
Muchas veces he aplicado este versículo para cuidar mis emociones y guardar mis pensamientos. Pero hoy te invito a examinarnos y reflexionar sobre GUARDAR EL CORAZÓN DE ÍDOLOS. Un ÍDOLO es un sustituto o dios falso que toma el lugar del verdadero. Es todo aquello por lo que se siente un amor o admiración excesiva. Hablaremos de los ídolos que se asientan en lo más profundo del corazón. No los de piedra, sino los ocultos y privados. Para ello, recordemos juntas la historia de Acán relatada en Josué 7. El pueblo de Israel venía de tomar la cuidad de Jericó de una forma extraordinaria y milagrosa. Con tan solo rodearla y tocar trompetas, ¡Dios les dio la victoria! Pero les dejó una orden: GUARDAOS del anatema. No tomen lo destinado para destrucción total (Jos. 6:18). Más tarde el pueblo avanzó contra otra cuidad, mucho más pequeña, confiados en que ganarían, pero fueron derrotados. Nadie entendía el por qué. El corazón del pueblo se desanimó; su líder, Josué, lleno de preguntas, dudó del plan del Altísimo. Mas Dios le respondió: ISRAEL HA PECADO, han quebrantado mi pacto, han tomado del anatema y ¡lo han escondido! (Jos. 7:11). La causa de la derrota fue un PECADO oculto. Acán, vió, codició, tomó y escondió (un manto, plata y oro – v.21) Y este pecado trajo derrota (v. 4), muerte (v. 5), desánimo (v.5) y duda (vv. 6-7). Ahora detente un momento…examínate… ¿vives una vida de victoria o derrota?¿estás andando en triunfos? (2 Co. 2:14) ¿O te sientes frustrada una y otra vez y el desánimo y la duda se apoderan de ti? Quizás, hay ídolos ocultos que no te dejan avanzar y vivir la vida abundante que El Señor te prometió (Jn. 10:10).
UNA PROPUESTA DIVINA
Dios mostró el pecado, pero luego le dio la solución. Dijo:»Levántate y santifícate para mañana»(vv.10 y 13). ¡Basta de lamentos, actúa y pronto! Hasta que el pueblo no quitara el anatema de en medio, no volverían a tener victoria frente a sus enemigos. Josué hizo acercar al pueblo ante el Señor y allí se hizo manifiesto quién era el responsable de la ira de Dios (Acán). Hoy, la propuesta Divina es la misma: ¡Actúa! ¡No pierdas tiempo! ¡Acércate a Él! ¡Basta de derrotas y lamentos! Arreglar las cosas con Dios es lo primero. Siente su voz, él te llama, no escapes, no te endurezcas, acércate confiadamente al trono de la Gracia (He. 4:16). Confiesa tu pecado. Él aborrece el pecado pero ama al pecador. Cuando abundó el pecado, SOBREABUNDÓ su gracia (Ro. 5:20) ¡Aleluya! Con la confesión inicia el camino a una vida victoriosa.
UN PARÉNTESIS
Otro pecado recurrente del pueblo de Israel, era ir tras dioses paganos. Uno era Baal. Sus seguidores, hombres y mujeres, participaban de actos de inmoralidad sexual, con el fin de agradar a estos ídolos y obtener fertilidad en la tierra, animales y personas. Desde aquellos tiempos, este tipo de pecado se oculta en los corazones del pueblo de Dios, su iglesia. Si pensamientos inmorales, lujuriosos, pornografía u otro pecado sexual te está hundiendo, ¡PIDE AYUDA AHORA MISMO! ¡Puedes ser libre! Busca una líder espiritual que te ayude a acercarte al Señor (como Josué lo hizo con el pueblo). ¡Cuánto bien nos hace tener una amiga que ame a Dios a la que podamos rendir cuentas! Sigamos…¿Qué tienes escondido? ¿Qué ocultas?¿Qué gobierna tu corazón? ¿Envidia constante hacia alguien?,¿Rencores y amarguras?, ¿Avaricia? ¿Imágenes que te atormentan?¿Mentiras? Esconder, ocultar, trae amargura, te aísla, insensibiliza y lleva a la hipocresía. Amigas, somos llamadas a vivir en la luz, a estar «al día» con la confesión, a emanar olor fragante, a reflejar la persona de Cristo y su mensaje. Acán, al ser confrontado, no pudo dar gloria a Dios (Jos. 7:19), ¿tú puedes hacerlo?
UN PEDIDO FINAL
Juan, el discípulo amado, termina su primer carta con esta contundente exhortación: «Hijitos, aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios» Alejarse es evadir, abstenerse. 1 Corintios 10:14 amplía el concepto: «Huid de la idolatría». Huir se podría traducir también como esquivar, fugarse, desterrar. Te animo a que destierres de tu vida ese pecado oculto en tu corazón y llévalo a los pies de la Cruz. Es la mejor decisión que puedes tomar. Guarda tu corazón de la idolatría.