“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos.”
Mateo 5:16
Cuando pensamos en ser luz, en medio de situaciones difíciles, parece que no vemos la posibilidad de serlo; pero este pensamiento no viene de Dios, nuestra responsabilidad en este mundo para ser luz, es más allá de las circunstancias.
¿Para qué sirve la luz? Para disipar la oscuridad, para ver las cosas con claridad. Luz es sinónimo de verdad, y la verdad es Cristo. En el evangelio de Juan 17:17, en su oración por los discípulos al Padre, el Señor ora diciendo: “santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad”, porque la verdad sería la luz a las naciones, a través de los discípulos y el cumplimiento la gran comisión que le ha sido confiada a la iglesia de Cristo. Pablo animaba a la iglesia de Filipos con estas palabras: “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”, Filpenses 2.15
¿Qué implica ser Luz delante de los hombres?
Ser luz es creer la verdad, es vivir la verdad. Mostramos la luz que hay en nosotros mediante buenas obras, pero noten, que no son nuestras obras las que alumbran, sino nuestro carácter luminoso el que hace que las personas vean que nuestras obras son buenas. No es suficiente que oigan nuestras palabras, sino que es necesario que vean buenas acciones.
Nuestro testimonio cristiano debe ser una evidencia ante todos. No solo hablamos de Cristo, sino que expresamos a Cristo por medio de nuestra vida. Debemos obrar de acuerdo con el corazón de Dios, de acuerdo con los deseos de Dios, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2.13
¿Para qué debe brillar nuestra luz?
Para la Gloria de Dios, la Gloria de Dios es el objetivo principal que tenemos que tener presente en todo lo que hacemos (1Co. 10:31) «Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios».
Por eso la mayor gloria de nuestra luz consiste en que sirvamos de instrumentos en Sus manos. Deja que tus buenas acciones brillen para que otros puedan conocerle y alabarle.
Francisco Lacueva decía: “Una vida ejemplar y santa es el medio mas eficaz para estimular al justo y redargüir al pecador”.
¿Cómo puedo ser luz en este tiempo?
Nunca lo olvides, tu eres luz, tienes un testimonio para compartir, un mensaje para dar, tienes palabras de animo, de consuelo para otros. Dios te dio esa luz para que otros puedan ver a Cristo.
Pídele al Señor que te ayude a mantener esta luz en alto y pensar que allí fuera hay personas que necesitan de esa luz y que quizás tu eres el único contacto.
Así nos lo ha mandado el Señor:
“Te he puesto por luz para las naciones,
a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra.”
Hechos 13:47
Y en este tiempo de aislamiento, puedes ser luz en tu casa mostrando el gozo que viene de Dios aun hallándonos en pruebas; con tus amigos, dando palabras de salvación, de aliento, palabras que conforten los corazones; seguir con tus aconsejadas, discipulados. Ayudando de forma práctica a un vecino que no puede salir para hacer sus compras. Tienes inmensas oportunidades para brillar.
«Esta luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no han podido extinguirla.»
Juan 1:5
Querida amiga, ¡brilla porque para eso fuiste creada!