Leyendo en la web de Auténtica, me topé con sus propósitos que es el por qué de este ministerio, y uno de ellos es ANIMAR, infundir vigor, energía; incitar a alguien a una acción. Mientras leía eso, me vino a la memoria un momento muy puntual de nuestro ministerio. Llevábamos ya algunos años viviendo en España y servíamos en un Club Bíblico donde por fin se empezaban a ver resultados luego de comenzar de cero e invertir mucho trabajo. Pero, en ese momento, un grupo de chicos decidió marcharse para comenzar con su propia reunión de jóvenes en otra zona, lo cual era muy bueno, pero dejaba nuestro CB mermado y afectado anímicamente. Un día, decidimos llevar a todo el grupo a un día de playa, y en ese viaje vinieron algunos jóvenes que con el tiempo, llegaron a formar parte del grupo de responsables del CB. Así que, de algo que en principio parecía negativo, Dios hizo algo nuevo y bueno para todos.
En ese momento Dios trajo a través de Su Palabra el versículo tan conocido de Isaías 43:19: “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad .»
Estudiar ese versículo en su contexto es maravilloso, porque nos da las razones por las que podemos confiar, fortalecernos y animarnos en nuestro Buen Dios y Su Palabra.
1. Podemos confiar en el Señor, porque le pertenecemos.
“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.”
Isaías 43:1
Le pertenecemos porque Él nos creó, nos formó y nos redimió, se llama a sí mismo nuestro Redentor, el que pagó nuestra deuda y nos libró de esclavitud, eso es lo que hizo con Israel y también con nosotros. El consolador mensaje de Dios a su pueblo es que ellos eran su posesión adquirida, el hecho de poner nombre es muy significativo porque de forma inconsciente denota poder sobre lo nombrado, determina identidad y lo que nos diferencia del resto.
2. Podemos confiar en el Señor porque promete estar siempre con nosotras.
«Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.»
Isaías 43:2
En este contexto, el agua, ríos, fuego representa peligro, pero tenemos la certeza que cuando esos peligros lleguen, porque llegarán, su promesa es «Yo estaré contigo», y esa es nuestra seguridad y fortaleza.
No estamos solos, no importa las circunstancias por las que atravesemos; agua, fuego, desánimo, alegría, da igual el momento, da igual el lugar, Él está.
3. Podemos confiar en él Señor porque nos ama y obra en todo para nuestro bien, afirmando el carácter suyo en nosotras.
«Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.»
Isaías 43:4
En este versículo encontramos una vez más la motivación de Dios para salvarnos, Su Amor.En términos coloquiales es como si Dios dijera: te he creado, te he formado, te compré y te rescaté, he estado y estaré contigo en cualquier circunstancia porque te amo. De la misma manera que encontramos refugio y seguridad en los brazos de nuestros padres que nos aman, podemos estar mucho más seguros en los brazos de nuestro amado Padre celestial y Salvador, que dio su vida por amor de nosotros.
4. Podemos confiar en el Señor, por quién es y por sus obras.
«Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados.»
Isaías 43:15-17
En el tiempo en que Isaías profetizó, Israel estaba cautivo y Babilonia era prácticamente una potencia ¿cómo podían estar confiados que Dios los liberaría? Simplemente tenían que recordar lo que Dios había hecho antes, cuando abrió camino en el mar o cuando los egipcios quedaron atrapados con sus carros y caballos (Éx. 14). De forma intencional se presenta como Jehová, el Santo, Creador, Salvador y Rey para confortar el corazón de su pueblo. Con todos esos títulos con los que Dios se presenta, Israel no debería temer por su seguridad.
5. Podemos confiar en el Señor, porque es fiel el que promete.
«He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.»
Isaías 43:19
Dios promete a su pueblo algo nuevo pero ellos estaban en medio de la cautividad, no era fácil ver, ni pensar en cosas nuevas. Aún así, ese Dios que hizo todas aquellas proezas por su pueblo en el pasado, ¿no podría ahora hacer algo nuevo? Dios les anima a no estar atascados en su realidad presente, en el fracaso o el desánimo, debían mirar al pasado para generar esperanza, recordando Su obrar y Su poder; pero también, para no cometer los mismos errores o pecados alejándose de él y de su palabra.
Seguidamente hace una pregunta, ¿no la conoceréis? Después de todo lo que habéis pasado, después que Yo mismo, el Creador, tú Redentor te digo que voy a hacer algo nuevo, después de haber dado pruebas de mi poder y cuidado para contigo ¿te vas a dar por vencido? Otra vez, como lo hizo antes lo volverá a hacer, porque tiene planes, recursos y poder ilimitado para cumplir sus propósitos.
Lo más extraordinario, es que estas verdades son las mismas que pueden sostener nuestras vidas hoy. Dios no nos ha abandonado, ni nos abandonará, indistintamente cómo te hayas sentido o te sientas, Él está contigo y en ti. Descansamos en quién es Él. Soberano, suficiente, sabio, bueno, misericordioso, justo… Y el hecho que sea Dios quien lo promete, provee especial confianza a nuestro corazón, porque Él es el único que permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo, y todo lo que dijo cumplirá. Estoy convencida, que si somos capaces de reflexionar en esto más a menudo, nuestras decepciones serán menos perjudiciales y nuestra esperanza será mucho más firme y estable.