A lo largo de la vida caminamos tomando decisiones, decisiones cotidianas como ¿qué me pondré hoy? o ¿qué prepararé de comer?, pero también debemos decidir por cosas más importantes. Yo he tomado dos decisiones que han marcado mi vida, han cambiado mi rumbo y nada sería igual si no hubiese elegido creer en Cristo como mi Salvador, y decir sí el día de mi boda.
Junto a mi familia servimos en unos de los ministerios en el sur de nuestro país, en el Hotel Pichi Traful, y durante los meses de octubre y noviembre recibimos estudiantes para disfrutar de su viaje de egresados. Cada semana realizamos excursiones, si alguna vez fuiste a alguna, sabrás que siempre hay un sendero, un camino que respetar, porque en caso contrario podría ser peligroso. Aventurarse por cuenta propia puede llevarte a un desastre si te extravías y no puedes encontrar el camino de regreso. Esto es parecido a lo que le sucedió a la nación de Judá. Se desviaron del Señor para tomar su propio camino y adoptar seguir a ídolos paganos. Como resultado, Dios le dijo al profeta Jeremías que les exhortara a volver a Él. Sin embargo, se negaron a escuchar y siguieron en la dirección incorrecta.
Pero no debemos seguir sus pasos. El Señor nos guiará a su senda si prestamos atención a los mandamientos en Jeremías 6: 16:
“Paraos en los caminos, y mirad”.
A veces Dios utiliza los problemas para que abramos nuestros ojos y nos demos cuenta que estamos en una encrucijada. Este es el momento de detenernos y sumergirnos en la Palabra de Dios para discernir el camino a seguir.
“Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino”.
Los creyentes del pasado nos han dejado huellas para que las sigamos. Después de meditar en los Salmos y oraciones que nos ofrece la Biblia, debemos reflexionar sobre cómo tales peticiones revelan confianza en Dios.
“Andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”.
Con los ojos en el Señor y con confianza plena en el poder del Espíritu Santo, podemos andar por el camino de la obediencia y seguir a Cristo al dulce descanso que satisface el alma. Sólo el creyente goza de paz con Dios ¿Por qué? Porque hemos sido reconciliados con Dios por Su sacrificio en la cruz y eso debe darnos descanso a nuestra alma.
La Biblia nos conduce por el buen camino, y si prestas atención podrás oír su voz guiándome. Hay muchos versículos que nos hablan de seguir el buen camino:
Salmo 18:32 “Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino”
Salmo 27:11 “Enséñame, oh Jehová, tu camino”
Proverbios 3:6 “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”
Jeremías 10:23 “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos”
¿No sabes hacia dónde ir? ¿Te equivocaste de camino? Si hoy no estás segura cuál es la voluntad de Dios para tu vida, si no sabes si ir a la derecha, o a la izquierda, deja que el «GPS» de Dios marque e indique el camino correcto, evita adelantarte. Haz una pausa para recalcular, sigue las instrucciones de Jeremías, y confía en el Señor. Alza tus ojos al cielo y Él te mostrará el buen camino. Luego avanza. Dios te bendiga y guíe en tu andar.