¿Jugaste alguna vez a “Dígalo con mímicas”? básicamente el juego consiste en que un participante realiza mímicas, sin poder hablar y el resto deben adivinar qué es lo que está representando. ¿Y qué tal si así fuese la vida cristiana? Si no tuviésemos la posibilidad de hablar y solo nos expresamos a través de acciones, podría llamarse “Dígalo con Obras” entonces si así fuese, ¿podrían los demás, a través de mis obras ver mi amor a Dios? Mi amor a Dios solo es posible porque él me amó primero (1 Juan 4:19). Pero no podemos amar a alguien que no conocemos, por lo tanto, conocer a Dios debe ser nuestra prioridad. Aquellos que buscan a Dios y su justicia y toman en serio el mandato de Marcos 12:30 de amarlo sobre todas las cosas, son aquellos que están apasionados por las cosas de Dios. La pasión es el motor que impulsa a la acción, si amo a Dios con todo mi corazón, mi alma y mi mente, ese amor no puede quedar en la nada, ese amor por Dios me mueve a la acción y ahí entra en escena el amar a Dios con todas mis fuerzas (En los tres devocionales anteriores encontrarás el estudio de “corazón, alma y mente”)
¿Qué significa amar a Dios con todas mis fuerzas?
Tenemos como ejemplo supremo del amor a Dios. En Juan 3:16 dice “…amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo…”. ¡Por amor dio! El amor da, y no pone condiciones para hacerlo. Amas a Dios con todas tus fuerzas cuando le das tu tiempo, tu dinero, tus posesiones, tus habilidades y talentos para su servicio; cuando ejercitas el don que él te dio y cuando concretas aquellas obras que él preparó para ti.
¿Cómo puedo amar a Dios con todas mis fuerzas?
Esto me resulta increíble de nuestro buen Dios. Nada tienes que inventar, porque Dios ¡ya lo preparó! Él ya diseñó las ocasiones y la forma en la que puedes dar y amar a Dios con todas tus fuerzas. Efesios 2:10 dice que Él preparó buenas obras de antemano, para que andemos en ellas. Junto a lo que Él preparó, también tiene la provisión de las fuerzas y el tiempo necesario para realizarlas. Si no tienes tiempo ni fuerzas para servir a Dios, es porque el tiempo y las fuerzas que Dios te da, para las buenas obras que él ya preparó , las estás usando para otra cosa. ¡Cuidado con robarle a Dios!
A veces te frustras porque quieres hacer cosas que no puedes, quieres amar a Dios con las fuerzas del otro. Lo cierto es que para cada uno, Dios preparó buenas obras, y muchas veces no te das cuenta porque estas mirando y deseando vivir la vida y las obras del hermano y te pierdes de hacer las tuyas. La única forma de conocer lo que Dios tiene para ti, es a través de la obra del Espíritu Santo en la práctica de las disciplinas Espirituales, de esta forma te desarrollas y creces en tu amor a Dios.
¡Cuidado!
Cuidado con la motivación. Todas aquellas cosas que tú puedas hacer, ministerios, tiempo, ofrendas, discipulados, etc. si no están motivadas por el amor a Dios, se volverán frías y serán resultado de un corazón religioso…»madera, heno y hojarasca…el fuego la probará» (1 Corintios 3:12 y 13)
Cuidado con la independencia. El peligro en querer amar a Dios con todas tus fuerzas, es hacerlo en tus fuerzas y no depender de las suyas. Dar todo de ti, sin dejar de depender de él (2 Corintios 12:9 y 10).
Cuidado con la competencia. Ocúpate y preocúpate por lo que Dios preparó para ti, sin mirar ni competir con los demás (Filipenses 2:3). Para cada uno hay oportunidades y obras para realizar (Eclesiastés 9:10) sé fiel en lo que Dios te encargo a ti (Mateo 25:21).
Cuidado con las condiciones. Como te compartí en el primer devocional de esta serie “Sin condiciones para Amar”, muchas veces ponemos condiciones para amar con todas nuestras fuerzas. Condicionamos el dar y el servir, tristemente damos en partes, limitamos nuestras fuerzas, servimos a medias, siendo que Él dio todo. Y que el mandamiento es claro “amarás al Señor tu Dios…con todo” (Marcos 12:30).
¡Detente a pensar!
¿Qué le estás dando a Dios?
¿Tienes condiciones para dar?
Si no tienes tiempo para servir a Dios, entonces, ¿para qué lo tienes?
¿En qué estás invirtiendo tu tiempo y tus fuerzas?
¿Manifiestan tus obras tu amor a Dios?
El amor de Dios hacia nosotros fue manifestado dando a su único Hijo (Juan 3:16); Cristo, nos dejó ejemplo de dar y amar con innumerables buenas obras (Juan 21:25) pero también en personas comunes como Dorcas (hechos 9:36) que abundaba en buenas obras. Fuimos creadas para buenas obras (Efesios 2:10) y somos llamadas a realizar buenas obras (1 Timoteo 2:10 y 5:10). Si no pudieses hablar ¿expresarían tus obras, que con todas tus fuerzas amas a Dios? No se tú, pero yo no quiero perderme ni una sola de esas obras que El planeo, quiero vivirlas y disfrutarlas con todas mis fuerzas, porque son parte de su maravilloso plan!! Te animo a darle a Dios, no lo que te sobra ni migajas, si no a darle con todas tus fuerzas y sin condiciones todo aquello que El ya preparo para ti!
Precioso Naty no lo había visto!