Tengo un problema con las mochilas de la escuela de mis hijos, ¡son tan pesadas! A mí me cuesta levantarlas, pero ellos no quieren sacar nada de ellas. El otro día les estaba explicando que no llevaran tanto peso, que había que sacar cosas que no eran necesarias, y en ese momento, el Señor trajo a mi mente algunos versículos que me hicieron dar cuenta de que en mi vida, yo también a veces llevo cosas pesadas que no tengo que llevar. Es así que el Señor no quiere que llevemos cargas innecesarias (que a veces hemos llevado por años), y no nos dejan correr con libertad la carrera de la vida cristiana. En Hebreos 12:1 dice: “Por tanto, nosotros también… despojémonos de todo peso… y corramos con paciencia la carrera…” El escritor William McDonald comenta de este versículo que la vida cristiana es una carrera que demanda disciplina y paciencia, y que para correr bien debemos despojarnos de las cosas que nos estorban. En este devocional, vamos a considerar una mochila pesada que nos pueden estorbar en nuestra carrera; nos cansa, nos frena, y nos impide disfrutar y ver con claridad la meta de la misma.
La mochila pesada de la inseguridad
Es un peso que agobia el alma, y tiene que ver con cómo nos sentimos con nosotras mismas. Pienso en Gedeón quien, para llegar a ser juez de Israel tuvo que sacarse esta mochila pesada de inseguridad. Su historia se encuentra en Jueces capítulo 6 al 8, allí los madianitas oprimían al pueblo de Israel, y destruían sus cosechas dejando al pueblo en afrenta y sin provisión. Es en ese contexto que a Gedeón se le aparece el Ángel de Jehová (Cristo en el A.T.) para colocarlo como Libertador y salvar a Israel de la mano de los madianitas (v. 14). Pero Gedeón era un hombre inseguro, su respuesta a Dios así lo demuestra: “¿con qué salvaré yo a Israel? Mi familia es pobre en Manasés. Yo soy el menor en la casa de mi padre” Inseguridad… Cuántas veces habrás escuchado esa vocecita (muchas veces interna) que dice: “Vos no podés, no estás preparada, sos muy débil para esto ”. En este relato, Gedeón le pide tres veces a Dios una señal para estar seguro que Él lo iba a utilizar, y lo maravilloso es que el Señor le respondió con su infinito amor y paciencia (6:17; 36-40). En algún momento, hemos cargado la mochila de la inseguridad por mucho tiempo, hemos escuchado por mucho tiempo esas voces, aún de personas cercanas que nos dicen que no somos aptas, que no podemos, que somos débiles. Si Gedeón se hubiera quedado con esas voces, nunca hubiese sido el libertador de su pueblo. La verdad es que solas no podemos, en nuestras fuerzas vamos a cansarnos, somos débiles y temerosas, PERO hay algo que nos puede ayudar a hacer la diferencia: la confianza.
Esta confianza no es en nosotras mismas, sino en Dios que es poderoso para tomar nuestra debilidad y transformarla en fortaleza. El Señor le aseguró a Gedeón: “Yo estaré contigo…” (6:16), ¡qué promesa! Nuestra perspectiva cambia cuando somos conscientes de Su Presencia para cuidarnos, protegernos, darnos ánimo, usarnos! Él quería usar a Gedeón. Él quiere usarnos a nosotras para Su gloria. Fue la misma promesa que Cristo le hizo a los discípulos en Mateo 28:20, y más adelante a Pablo en Hechos 18:9 y 10. Dios también le dijo a Gedeón: “yo he entregado a los madianitas en tus manos…” (7:9), eso quiere decir que cumple el propósito en la vida (Sal. 138:8), la cumple tambien en nuestra vida. Somos muy importantes para Él, tan importantes y valiosas, que fuimos compradas por un precio muy alto, la sangre de Cristo.
Conclusión
En Isaías 53:11 dice que Cristo verá el fruto de la aflicción de su alma (nosotras), y quedará satisfecho. ¡Nuestra vida trae satisfacción a nuestro Salvador! Hay que sacarnos la mochila de la inseguridad, ¿por qué? porque somos amadas, somos valiosas y tenemos un propósito hecho a medida para nosotras, diseñado desde la eternidad (Ef. 2:10). Salmo 55:22 nos dice: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará”; y Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Decidamos hoy, confiar en Dios.
Hermoso mensaje , Dios la bendiga Muchas veces las mochilas nos tiran para atrás , no nos dejan avanzar y morimos como los judios. ,en el desierto Y lamentablemente a veces esas mochilas las cargamos de cosas destructivas Gracias.
Gracias Pau por tu hermoso y practico mensaje, es verdad que nos cuesta tanto librarnos de los pesos que cargamos…a veces durante años…
Menos mal que tenemos el conforto y la ayuda del Señor a quien podemos pasarle todas nuestras cargas….aunque a veces tenemos que hacer violencia con nuestra inseguridad, lo confieso…
Gracias Señor porque te tenemos!
Un abrazo grande a mi hija y hermana en Cristo!
TQM ❤️