Auténtica 24/7

“Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación” 1Pedro 1:17

Extranjero y peregrino” son términos utilizados para definir a alguien que es originario de un país de soberanía distinta. Recordemos cuando Jesús les dice a los discípulos que “no son de este mundo” y ora por ellos pidiendo al Padre que los guarde y santifique en su verdad (Jn 17:16). Filipenses 3:20 afirma que nuestra ciudadanía es celestial. Hebreos 11:13 dice acerca de los héroes de la fe “confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” y “buscaban una mejor (patria), esto es, celestial”.
¿Puedes identificar alguna situación en tu vida donde te hayas sentido como “extranjera” por defender tus convicciones? ¿O quizás hayas sentido que el precio por identificarte era difícil de sostener? Yo sí. A mis 18 años entré al mundo universitario, y poco después al laboral. Comencé una carrera de las Ciencias Sociales y Humanísticas. En ese mundo, el saber es seductor, y también el medio para alcanzar poder, admiración y progreso, sin embargo Dios es considerado un mito, la fe para ingenuos, y la Biblia una antigüedad.
Los que trabajaban o estudiaban conmigo sabían que yo era cristiana, y en ocasiones me ofrecían participar en cosas que de alguna forma “me ponían a prueba”. Puedo recordar salir airosa de muchas de esas situaciones. Sin embargo, recuerdo aquellas otras veces en las que fallé en identificarme con Cristo o decidí identificarme con algo de ese mundo. Es fácil cantar “Quiero identificarme con Cristo” cuando los que cantan junto a mí, comparten mi fe. Pero, ¿qué pasa cuando “identificarme” en un mundo laboral o universitario me lleve a experimentar soledad, rechazo, incomprensión, humillación, a perder amistades, apoyo u oportunidades o soportar injusticias? O quizás nos lleva a ser vistos como “extraños”.


Fíjate, el autor del pasaje inicial es Pedro, el mismo hombre que tiene en su historial una situación que lo hizo popular a través del tiempo. ¿Quién no recuerda el canto del gallo? (Mateo 26:69-75). Esa era realmente una oportunidad ideal para hacer historia, podría haber actuado diferente, y hoy estaríamos hablando de su valor para identificarse con Cristo en un momento decisivo, sin embargo, no fue así. Y Dios, que es tan generoso y nos habla a través de Su Palabra, utiliza aun las contrariedades de cristianos que vivieron antes para enseñarnos. Así es como tiempo después, este mismo Pedro, ya encomendado a la obra, escribe su primera carta a creyentes que habían sido dispersados y estaban bajo una intensa persecución.
Al escribirles, Pedro no intenta poner sobre ellos una carga de legalismo, sino de bondad y amor para recordarles su identidad y propósito. Les habla de su condición temporal “extranjeros y peregrinos (1:17 y 2:11)” pero también les anima a reparar en su condición eterna “Hijos herederos” (1:4 y 17) y “Pueblo de Dios” (2:10). Su contexto era muy difícil. Vivían en provincias romanas de Asia Menor. El simple hecho de ser cristiano se convirtió en un delito sancionado con la calumnia, el desprecio y la hostilidad. ¿Puedes imaginarte el riesgo que corrían al identificarse con Cristo? Creo que sí, el nuestro también es un mundo difícil. Sin embargo ignorar lo que la Palabra de Dios afirma acerca de mi identidad en un mundo donde la misma está definida por lo externo (como me veo, lo que hago o tengo) y en otro porcentaje por lo que “me hace sentir bien” (ideologías de todo tipo) es también un riesgo. Por eso Pedro les mencionó algunas cosas que vos y yo necesitamos saber para tener una clara identidad:

1. Lo que Dios hizo:

La vida nueva en Cristo trae una nueva identidad dada por una relación con Dios. Recuerda: Dios nos eligió según Su presciencia (1 Pedro 1:2), nos hizo renacer por su misericordia y Su Palabra (1:3y23), nos guarda por su poder (1:5), nos rescató con la sangre de Cristo (1:19) y nos amó (1:20).

2. Lo que Soy en Cristo:

Pedro afirma que soy elegido (1:2), renacido(1:3), salvo (1:9), heredero (1:4), guardado (1:5), rescatado (1:19), puro (1:22), piedra viva (2:5), linaje escogido y real sacerdocio (2:9), pueblo (2:10) e hijo (1:17). No podemos ganarnos estas cualidades sino que son el resultado directo de la gracia de Dios a partir de nuestro nacimiento espiritual.

3. Lo que soy llamado a ser:

“Quien Soy” determinará lo que hago. Por su Palabra soy alentado a ser entendido (1:13), sobrio (1:13 y 5:8), obediente (1:14), santo (1:15), diligente en desechar toda malicia (2:1), edificado como casa espiritual y sacerdocio (2:5), encargado de anunciar el evangelio (2:9), cuidadoso en abstenerme de los deseos y mantener buena mi manera de vivir (2:11-12) y atento para resistir al diablo (5:8-9).

Te animo a fundamentar en la Palabra de Dios tu identidad como mujer cristiana. Que Su Palabra te defina y sea la base de tus convicciones y acciones. Como afirma W. Wiersbe en uno de sus libros: “Es importante que contemplemos el mundo que nos rodea usando los ojos de la Biblia”. En un mundo difícil, creer la verdad de Dios acerca de QUIEN SOY es fundamental para mi crecimiento y madurez como HIJA de DIOS.

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2 comentarios en “Auténtica 24/7”

  1. Avatar

    La he conocido a Gisella en un campa de invierno en Monte. Me pareció una persona muy dulce!!. Saludos Gisella y Dios te siga utilizando para ser de bendición!! Un abrazo grande. Yamila.

  2. Avatar

    Gracias, me encanto, estudio en un profesorado y es súper difícil. Todo los he escribiste me pasa constantemente. Gracias por alentarme!

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