Esta mañana una chica me escribió, y me contaba sobre su lucha con: «¿Cómo saber la voluntad de Dios para mi profesión?». Me imagino que no está sola, así que voy a compartir mi respuesta con la esperanza de que te ayudará también, a medida que te enfrentes a esta intimidante decisión. Hace algunos meses, recibí un mensaje de una joven estudiante de su último año de medicina en el cual me preguntaba con respecto a la profesión, el servicio a Dios y la familia. Cada una de sus preguntas me hizo reflexionar, y evaluar delante del Señor con respecto a las prioridades y propósitos en mi vida.
Alguna vez te preguntaste:
● ¿Cómo saber la voluntad de Dios para mi profesión?
● ¿Cómo elegir una carrera, o un trabajo como mujer cristiana?
● Ahora que estoy terminando mi carrera: ¿Podré servir a Dios con ella?
Si eres buena y te resultan fáciles las matemáticas; si disfrutas profundamente de una interpretación musical, o eres capaz de leer y estudiar grandes textos, es obvio que Dios te ha dotado con habilidades y talentos. Son regalos que el Señor te ha dado y puedes darle honra en usarlos. Quienes me conocen saben que no soy muy especial en hacer cosas, no sé cantar, no soy buena haciendo decoraciones, ni mucho menos tengo talentos en la cocina. Pero si he entendido a lo largo de mi vida que Dios en su amor y gracia, puso en mis manos “panes y peces”, que me dio la oportunidad de estudiar y servirle con la profesión. Así que, ¡podemos modificar la pregunta! En lugar de preguntar: «¿cuál es la voluntad de Dios para mi carrera?» Podemos preguntar: «¿cómo puedo servir mejor a Dios a través de mi trabajo?» Te encuentres donde te encuentres, sea trabajo, facultad o la escuela, que cada día se caracterice por hacer las siguientes cosas:
● CON SINCERIDAD DE CORAZÓN, DILIGENCIA Y ENTUSIASMO, MOSTRANDO REVERENCIA Y DEVOCIÓN A CRISTO. Efesios 6: 5 y 6 nos recuerda: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios”.
● CON COOPERACIÓN. Tito 2:9 nos dice: “Exhorta a los siervos que se sujeten sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones”
● CON HONESTIDAD. Tito 2:10: “no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.”
● CON EFICIENCIA. Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”
● CON INTEGRIDAD. Efesios 6:6 “no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;”
● CON GRATITUD. Colosenses 3:17 “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Que toda tu vida –cualquiera que sea tu llamado- esté comprometida con la gloria de Dios.
Que la plenitud de Dios inunde todo acto de amor diario de manera que la gente vea tus buenas obras, y den gloria al Padre que está en los cielos.
Que seas una mujer de la Palabra: que ames, estudies y obedezcas la Biblia en cada área de su enseñanza.
Que seas una mujer de oración.
Que seas una mujer agraciada: Proverbios 11:16 La mujer agraciada tendrá honra. La mujer agraciada se caracteriza por tener encanto, elegancia, fortaleza moral e integridad. La palabra en este versículo sugiere voluntad decidida y a menudo espontánea de ofrecer acciones sinceras, o una respuesta compasiva, un derramamiento de misericordia y favor sin restricciones a los demás.
Mujeres agraciadas en el mundo constituyen ejemplo constante de la misericordia de Dios, al cuidar con ternura de los demás en Su nombre.
El Señor Jesucristo no quiere tus títulos, quiere tu corazón rendido a sus pies, quiere tu vida como vaso de barro para ser de instrumento útil donde Él te lleve, quizás la universidad, un trabajo, o lo que sea. La gloria y alabanza de nuestros éxitos justamente le pertenece a Él, nuestro Creador. “…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6). Cuando te sacas un 10, cuando tu profesor dice, “impresionante trabajo”, cuando recibes ese certificado, cuando llegaste al final de la meta es una oportunidad de ser humilde, dándote cuenta que la gloria no te pertenece. Dios te ha bendecido; devuélvele esa bendición a Él. En unos pocos años, te vas a recibir de la universidad, y ya no vas a tener “10” que buscar. Sin embargo, aún vas a tener un Dios para el cual vivir, no pospongas el buscar a Dios, y desarrollar una intimidad con Él. También vas a descubrir que cuando haces de Jesús tu primera prioridad, serás más apta para priorizar, y honrarlo a Él con tu trabajo y estudio. Y finalmente recuerda, siempre recuerda, que donde vayas hay gente que no conoce a Jesús como su Salvador, lleva el evangelio a ámbitos que otras personas no pueden llegar, solo vos. Lee Ester 4:13 ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Tus amigos no solo te deben conocer como una buena estudiante trabajadora. Ellos deben conocerte como una chica que ama a Dios, Su Palabra y a otras personas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. Salmos 32: 8
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