Venciendo temores

Nuestra época está marcada por el temor.

La gente tiene todo tipo de temores. Creyentes y no creyentes experimentan temor de:  perder cosas materiales, a tomar decisiones importantes, temor a servir en cierto ministerio, etc.

Nos rodeamos de temores reales, y otros que muchas veces son imaginarios.

Como mujeres, a veces podemos tener una personalidad caracterizada por la timidez, pero otras veces el temor gana terreno, y no nos animamos a dar un pasito más en desafíos de la vida personal y especialmente en el ministerio.

¿Cómo podemos vivir el presente y el futuro enfrentando y venciendo el temor?

  1. El Concepto del temor.

La palabra es fobeo o fobos de donde deriva la palabra fobia, y existen más de 700 fobias en el diccionario. Algunas fobias son comunes y hasta graciosas, pero otras pueden llegar a ser una verdadera obsesión que condiciona la vida de una persona.

No todo temor es malo, porque vivimos en un mundo donde sí existen las serpientes venenosas, los conductores borrachos, el fuego, los narcotraficantes y las cosas terribles que pasan a diario. Prestar atención a este tipo de temor es un sentido de prudencia, un mecanismo natural de defensa, que es productivo y protector de la integridad física, que mueve a hacer algo positivo por uno mismo y los demás.

Pr. 22:3 dice que “el avisado ve el mal y se esconde”…

Hay otro temor productivo, el mejor de los temores, del cual la Biblia habla en Pr. 1:7 “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová”  y éste sabio temor se trata de una confianza reverente acompañada por odio por el pecado.

Pr. 8:13 “el temor de Jehová es aborrecer el mal”…

Hay otra clase de temor, que es totalmente improductivo, y que trae malas consecuencias a la vida, y es el que encontramos en 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

Este tipo de temor produce amedrentamiento, timidez paralizante cual lazo que impide ser lo que Dios quiere que seamos.

  1. Las Consecuencias del temor:

– Falta de memoria. 2 Timoteo 1:5-6 “trayendo a la memoria la fe…” Timoteo era un joven muy preparado en las Escrituras, tenía dones y talentos y había sido discipulado por el apóstol Pablo! Pero por el temor, había olvidado todo lo que Dios le había capacitado y quería hacer por su intermedio. ¿No nos pasa eso a veces? El temor nos hace olvidar de lo que el Señor nos ha dado y ha hecho en nuestras vidas.

Pablo, quien lo estaba exhortando y animando, se encontraba en una lúgubre cárcel donde estaba por ser ejecutado. Pero se enfocó en el Señor, y por eso se sentía confiado.

Cuando nos enfocamos en la situación que estamos viviendo y nos invade el temor, dejamos de apreciar el azul del cielo, la oportunidad de tener un nuevo día de vida para vivir a pleno, dejamos de valorar a las personas que tenemos alrededor y nos olvidamos de las bendiciones, dones y la obra que Dios hizo en nuestras vidas. Hay que traer a la memoria.

– Falta de victoria. 2 Timoteo1:8 “por tanto, no te avergüences de dar testimonio”…

Timoteo tal vez no se animaba a dar testimonio del evangelio, y de Pablo, por temor de que a él le pasara lo mismo, y terminara en la cárcel también. El temor le cerró la boca.

Muchas veces nos pasa de perder oportunidades de presentar el Evangelio por temor a la reacción de la persona, al rechazo, a ser humillada, a perder la amistad con alguien.

También hay muchos dones y talentos escondidos bajo las bancas de las iglesias por temor a hacer el ridículo, o al qué dirán. Chicas con preciosas voces, pero que sienten que algo las estrangula cuando quieren hacerlo, y gana el temor.

Mateo 25:25 …”porque tuve miedo”… (enterró el talento).

¿Hay algo que no te estás animando a hacer para el Señor, por temor?

– Falta de energía. 1 Ti. 5:23 El temor puede debilitarnos y literalmente enfermarnos!

La Conquista del temor.

Dios nos habilita con Su poder, nos enriquece con Su amor, y nos ilumina con el dominio propio, ¿Por qué? Porque muchos temores están basados en cosas irreales o incorrectas que el enemigo nos hace creer.

Tener dominio propio significa que por la gracia de Dios estamos capacitadas para ordenar nuestra mente y corazón, enseñorearnos de nuestra voluntad y enfrentar esos temores a la luz de la Palabra de Dios.

¿Cuál es ese temor que te desanima y no te permite avanzar?

Hermosos versículos que te pueden ayudar a vencer distintos tipos de temores y que han sido de bendición para mi vida en momentos de temor. Te animo a memorizar alguno!

En cuanto a lo económico: Sal. 37:25  1 Ti. 6:8

En cuanto al futuro: Sal. 112:7  Pr. 31:25

En cuanto a si me casaré o no me casaré: Col. 2:10

En cuanto a un ministerio sin (aparente) fruto: He. 11:33-40

En cuanto a falta de reconocimiento: 1 Co. 10:31  Col. 3:23-24

En cuanto a falta de seguridad personal: Ro. 8:17 Jn. 15:16

En cuanto a un desafío que parece muy grande: Ef. 2:10

Dios nos hizo primero a Su imagen, luego nos compró con su sangre, somos sus amadas hijas y nos anima a vivir confiadas, y libres del lazo paralizante del temor.

Cuando yo le temo a Él con temor reverente, y busco obedecer Su Voluntad, El me da esa seguridad y esa fortaleza que irradia desde adentro hacia afuera.

Síguenos o comparte en:

1 comentario en “Venciendo temores”

Responder a Laura figueredo González Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *