¡No te conformes!

Claves para salir de tu zona de confort espiritual

Recuerdo ser confrontada  con mi conformismo cuando estaba de novia con Daniel,  él ya era un joven predicador conocido y por esa razón me invitaron a predicar en una reunión femenina. En ese momento pensé: “Esto no es para mí”, mi zona de seguridad era el discipulado y el aconsejamiento, y no me sentía cómoda hablando en público. Sin embargo, fui desafiada a salir de mi zona de confort y avanzar hacia una zona de aprendizaje, claro  que hubo conflictos, temores, pero al hacer lo que debía fui descubriendo el don que Dios me había dado y que debía desarrollar.  Experimenté que responder al propósito de Dios es realmente apasionante.

El conformismo es uno de esos pecados sutiles, que se agazapa en nuestra alma, camuflado con una actitud aparente de una mujer prudente y tranquila, pero esconde raíces profundas que deben ser detectadas, reconocidas y confrontadas para tener un cambio de corazón. Debemos dejar a un lado las  excusas y auto justificaciones pobres que terminan acallando la conciencia y llevándonos a un letargo espiritual.  Tenemos la responsabilidad de influir a una generación que en general se caracteriza por la falta de compromiso y la ley del mínimo esfuerzo. ¿Y qué de nosotras?

¿Ser una mujer inconforme, no implicaría tener falta de contentamiento?  Debemos tener contentamiento y aceptar la soberanía de Dios en nuestras vidas y todo aquello que no podemos cambiar pero, ¡qué  desperdicio es aquella mujer que pudiendo avanzar, crecer y superarse cae en el conformismo sin darse cuenta! Quizás algunas de nosotras nos hemos detenido en la carrera, no soñamos como antes, vemos como nuestras ambiciones se van desvaneciendo y vamos perdiendo la pasión por la vida y por la obra de Dios.

¿La frustración opacó tu visión y tu pasión? La frustración viene muchas veces por planes truncados, a veces un acontecimiento temporal que afecta lo programado, una enfermedad,  cansancio al no ver los resultados esperados, entre otras cosas. Pero recuerda, siempre puedes decidir cómo responder y enfocarte en las cosas que si puedes hacer y dejar en manos de Dios aquello que no puedes controlar. La actitud de frustración, me puede llevar a una actitud de víctima. Pero tu vida no es el producto de las circunstancias si no de cómo reaccionas y respondes frente a ellas.

¿Estamos atrapadas en una zona de confort? ¿No queremos riesgos, ni compromisos y tenemos miedo al fracaso?

“Esta es la zona metafórica en la que estás cuando te mueves en un entorno que dominas. En ella las cosas te resultan sencillas o cómodas sean estas agradables o no. Estar en tu zona de confort, significa que estás en una situación familiar, conocida en la que sabes cómo reaccionar por incomodo que sea lo que estás enfrentando. Es la Justificación perfecta para no hacer, no crecer y  no arriesgarse”

Te invito a recorrer en esta lectura algunos aspectos del conformismo:

  • El concepto.
  • Las características.
  • Las causas.
  • La conquista y el cambio

Concepto:

El conformismo es una postura o actitud hacia la vida y las diferentes situaciones que le tocan vivir día a día. Es la ausencia de una posición propia, el seguir sin principios y no ir en contra de la presión, o de la opinión de la mayoría. El concepto designa la aceptación pasiva de las cosas existentes.

El conformismo se relaciona con una actitud quedada, pasiva, cómoda y perezosa. No estar dispuesta a cambiar aquello que sí puedes mejorar.

Características:

Una persona conformista, por lo general es una persona inconstante que comienza algo y no lo termina. Frases como: “ya fue”, “me da igual”, “no tiene caso”, “es mucho esfuerzo”, “Esto no es para mí” (Como yo muchas veces dije) son muy comunes en los labios del conformista. La Inconstancia es alimentada por la duda y se mueve  igual que las ondas del mar entre la fe y la incredulidad (Sg. 1:7 y 8). También se caracteriza por la Auto-justificación y las Excusas, como la que dice el perezoso: “El león está fuera; Seré muerto en la calle” (Pr. 22:13)

Causas:

Algunas raíces que debemos identificar son:

  • Los pensamientos errados (Pr. 20:12, 18) (Detecta tu monologo interno).
  • La pereza (Ecl. 10:18, Pr. 13:4, 15:19) Al perezoso todo le resulta difícil y los obstáculos insuperables. ¡Coloca metas!
  • La presión de la mayoría, la opinión de terceros.
  • El temor al fracaso (Pr. 29:25) o  miedo al cambio.

Conquista y cambio:

Debemos pasar de esa zona de confort a una zona de aprendizaje y desafío. La vida cristiana es una constante hacia adelante, implica CRECIMIENTO, CAMBIO, CREATIVIDAD, CONSTANCIA. Y COMENZAR ALGO NUEVO.

El Apóstol PABLO es uno de los ejemplos que nos inspiran, en  Filipenses 3: 8-13  expresa “No pretendo ya haberlo alcanzado” Este sí, es un descontento legítimo, todas deberíamos sentirnos inconformes con nuestro crecimiento espiritual.

Si alguna vez experimentaste remar contra la corriente habrás comprobado que dejar de remar, no implica detenerse, sino retroceder. En la vida cristiana si no avanzamos, retrocedemos. Debemos ser inconformes en el buen sentido de la palabra. Pablo nos desafía con su ejemplo, él afirma “Prosigo a la Meta” el término se puede traducir, “sigo siguiendo”, en un presente continuo.

Deja atrás el pasado. “Olvidando lo que queda atrás” Olvidar el pasado y no dormirse en los laureles de logros conquistados, ni estancarse o paralizarse por fracasos pasados.

Determina avanzar. Crecer. “Extendiéndome hacia lo que está delante…”  Estirándose a las cosas que tiene por delante. La palabra que usa para “extenderse”, es muy gráfica y se usa de un corredor que se estira hacia la meta. 1 Corintios 15:58 dice: “Firmes y constantes creciendo…” Nuestro crecimiento no solo debe ser espiritual, mejora tu comunión, crece en el conocimiento de Dios, lee libros. Pero además, nuestro crecimiento debe ser integral. Aprende nuevas habilidades. Desarrolla la creatividad. Toma cursos, la superación debe caracterizar a una mujer de influencia. Que todo nuestro ser glorifique al Señor, espíritu, alma y cuerpo. Que las excusas, como: “yo soy así”, “ya fue”, “no puedo hacer nada al respecto”,  no nos engañen. Recuerda que, quizás, puedas mejorar tu estado físico. Para avanzar debo reconocer y confesar mi conformismo. Renovar mis pensamientos con la verdad de Dios. En mi escritorio tengo un reloj de arena en el que escribí Salmo 90: 12 y esa oración hecha por Moisés me desafía a orar de igual manera: “Enséñanos de tal manera a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría”.

Somos exhortadas en Efesios 5:15 a “Andar como sabios… aprovechando bien el tiempo”, aquí la palabra griega para “tiempo” es Kairos y se refiere a “oportunidades”. ¿Por qué debes aprovechar las oportunidades? Porque los días son malos. ¡Sin duda estamos viviendo días que nunca imaginamos!  ¡Qué seamos sabias en aprovechar las oportunidades que Dios nos da para dar esperanza y luz en medio de tanta incertidumbre y oscuridad! Hoy puedes  animar  a alguien con palabras oportunas.

Hace unos años escuche un consejo muy práctico del Dr Lemahans Strauss. Él dijo, cuando pases un tiempo de dificultad recuerda las 3 A. La A de la Aceptación, la A de la Adaptación y la A de la Actitud. Te puedo asegurar que ese consejo me acompañó y desafió en muchas situaciones inesperadas. Le agregaría para esta ocasión, la A de Aprendizaje y la A de Acción. ¿Estas lista para aprender y actuar? Pienso en Rut quien nos da el ejemplo de una mujer que dejó su zona de confort y avanzó con resolución y fe y su trascendencia fue incalculable.

 Que el sustantivo “Conformismo” no se transforme en tu vida en un adjetivo que te califique como una mujer conformista, sino una mujer comprometida y dispuesta a seguir avanzando.

 

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