Las cosas por su nombre – Desenmascarando lo interno

Efesios 4:22-24

“En cuanto la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre…

Y vestíos del nuevo hombre…”

Creo que la ropa nueva es algo que a todas nos gusta. Ponernos algo nuevo tiene una sensación genial, y mucho más si eso nuevo ha sido diseñado para nosotras. Pero, aunque renovemos todo el guardarropa, en nuestro placard seguimos teniendo ropa que ya no nos sirve tanto, pero aun así no queremos despojarnos de ella, porque estamos acostumbradas o nos sentimos cómodas, nos gusta o nos trae algún recuerdo. Así como en nuestro placard conviven prendas nuevas y viejas, en nuestro interior conviven la vieja y la nueva naturaleza. Debemos tomar la decisión de despojarnos de nuestra manera de pensar, de formas, hábitos, deseos engañosos… resumiendo: de PECADOS. En la carta a los Efesios Pablo nos invita a despojarnos del viejo hombre (como si fuera ropa vieja) y vestirnos del nuevo hombre.

Recordemos que el pecado está en nuestro interior, como lo dijo el Señor Jesús en Marcos 7:211-23 “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” Estos pecados internos tienen su manifestación externa de diferentes maneras.

Llamando a las cosas por su nombre: Jesús, en Marcos 7 pone en primer lugar a los “malos pensamientos” esta es la única verdad: pensamos mal. Hemos redefinido el pecado amoldando la verdad bíblica al humanismo. Pablo en Efesios 4:25 dice “desechando la mentira, hablad verdad…”  porque la única manera de despojarnos de los pensamientos pecaminosos es ser transformados por la Verdad de la Palabra de Dios, para ello debemos hablar Verdad los unos con los otros y con nosotros mismos. 

Algunos ejemplos prácticos:

  • Estamos acostumbrados a definir como adulterio al acto sexual consumado pero el Señor dice en su Palabra que una persona adulteró en su corazón con sólo mirar y codiciar a otra persona. El tiempo que pasamos en las redes sociales mirando cuerpos expuestos no es una forma de entretenimiento. Si estás casada y estás codiciando eso que no te pertenece, debes saber que estás adulterando y, por lo tanto, debes confesarlo. Decirnos la verdad es la clave: esto se llama Adulterio.
  • Hay quienes tienen problemas con la pornografía, la masturbación, la lascivia, etc., y nosotras debemos hablar Verdad y decirnos la verdad. Esto es “FORNICACIÓN” ese es su nombre, es el uso indebido del cuerpo ya sea de forma individual (masturbándose, viendo pornografía o imágenes que despierten nuestra sensualidad) o con otra persona (incitándonos a la sexualidad a través de caricias indebidas, besos apasionados, todo aquello que excite el cuerpo). Si alguna de estas situaciones son una realidad en tu vida, debes confesarlo como lo que es: Pecado de fornicación.
  • Homicidios: nuestro primer pensamiento es que no están hablando de nosotras. Pero 1° Juan 3:15 dice que aborrecer a un hermano nos convierte en homicidas (aborrecer significa tener aversión, es decir, sentir antipatía, hostilidad, rechazo). Cuando nos enojamos con alguien y nos negamos a perdonar, lo matamos en nuestro corazón. Dios no lo toma a la ligera, lo llama HOMICIDIO. Tal vez estés considerando qué manera tan extrema de pensar, pero para ser transformadas y actuar como nueva criatura que tiene la mente de Cristo, debemos hablar verdad.

Podríamos seguir con el resto de la lista mencionando pecado por pecado, pero el devocional sería demasiado largo, cada una de nosotras debemos tomar el compromiso a la luz de la Palabra de Dios a examinarnos en forma personal. Te animo a leer nuevamente Marcos 7:21-23 y Romanos 1:24-32, y a ponerte delante del Señor en oración y pedirle que, con su Palabra, te confronte para dejar de practicar aquello que a Él no le agrada y llamar cada pecado por su nombre.

Llevando nuestros pensamientos a la obediencia: 2°Corintios 10:5:7 “…y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” Una vez confrontadas con la verdad, el paso siguiente depende de nosotras. El Señor ya nos habló, ya mostró nuestra verdadera condición. Ahora debemos decidir OBEDECER.

Quizás has caído más de una vez y te has convencido de que no puedes contra el pecado, sí puedes, pero no va a ser fácil hablamos de “despojarnos del viejo hombre y de vestirnos del nuevo”, implica amar lo que Dios ama que es la santidad y odiar lo que Él odia, que es el pecado, y esto es algo que no se logra de la noche a la mañana, lleva un proceso. Nos cuesta tirar esa remera que nos gusta, ese pantalón viejo que queremos, cuánto más va a costar la lucha contra el pecado, pero debes comenzar con actos de obediencia, por ejemplo; dejar aquellas cosas que vos sabes que te debilitan, usar el celular en lugares visibles o públicos, pedir perdón a quien hayas ofendido, extender el mismo perdón que recibiste de Cristo a quien te haya ofendido o herido, buscar a alguien para rendir cuentas o pedir ayuda, hacer algo por nuestro prójimo: un mensaje de WhatsApp, un versículo, predicar el Evangelio es una forma de salir de tu zona de confort, no desperdiciar el tiempo y usarlo para estudiar no sólo la Biblia, otro idioma, manualidades, que son cosas con las que podrás bendecir a otras personas, por favor no te quedes sola en momentos de tentación, etc.

No olvides que queremos ayudarte y acompañarte. El propósito de los devocionales no es sólo darte herramientas para servir mejor, ni para darte más conocimiento sobre verdades bíblicas, sino para motivarte a mirarte en el mejor espejo que es la Palabra de Dios. Recuerda que todo lo puedes en Cristo pues Él te fortalece. Dios te bendiga.

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