La importancia de la perseverancia

EL CONCEPTO DE LA PERSEVERANCIA:

En el diccionario hace referencia a “mantenerse constante en un proyecto aun cuando las circunstancias sean adversas o los objetivos no puedan ser cumplidos”. Viene a mi mente un gran ejemplo bíblico, Josué, un hombre que ante la muerte de Moisés tuvo el gran desafío de guiar al pueblo de Israel en la conquista de Canaán.

EL EJEMPLO DE LA PERSEVERENCIA:

Él y Caleb, junto con los otros 10 espías inspeccionaron la tierra, y se opusieron al informe de la mayoría de no entrar a la tierra debido a los gigantes que en ella habitaban, y porque era tierra que tragaba a sus moradores (Números 13:31-33). Este informe (Números 14) dice que provocó que el pueblo llorara toda la noche, y se quejaran todos contra Moisés y Aarón, contra Dios, y aun desearan la muerte misma en ese desierto.

Entonces, todo parecía tan adverso; la actitud del pueblo era de desánimo, queja, dolor, frustración, y falta de fe. Sin embargo, Dios lo colocó para ese momento y con tales circunstancias porque tenía un propósito.

Hoy, en el servicio, Dios nos puso a ti y a mí, ¿y acaso no nos encontramos también con informes desfavorables para las conquistas que Dios nos pide? Creo que te ha tocado vivir, o quizás estás viviendo en un tiempo de oposición; oposición a la Palabra, falta de interés, falta de compromiso, deslealtad, pecados ocultos, falta de perdón, egoísmo, competencia, y entonces el desánimo llega a la vida, y en nuestras fuerzas dejamos de perseverar en lo que un día, quizás, fue nuestro mayor gozo, el llamado del Señor al servicio. Pero Josué perseveró, ¿cómo lo hizo? Revisemos 4 cualidades que sobresalieron en él y son las que hoy deben sobresalir en nosotras frente a la adversidad, en el ministerio, o en el lugar donde Dios nos haya colocado:

  1. FE

Hebreos 11:6 dice que “sin fe es imposible agradar a Dios”. Josué era un siervo (Ex. 24:13) y sabia a quién servía, sabia quién era Dios. Tenía fe en la Persona de Dios y en su Palabra. En Josué 1:5 Dios le dijo “no te dejaré, ni te desampararé” y en eso confiaba. Querida amiga, vos y yo debemos conocer a quien servimos, y a medida que lo conozcamos pondremos nuestra confianza en Su Persona y en sus Promesas. Hebreos 13:8 dice “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.

  1. VALOR

Josué. 1:6-7 le dice Dios “Esfuérzate y sé valiente” y después le pide que sea “muy valiente” y es lo que nos dice a nosotras; en su Obra debemos esforzarnos, tener valor, valor que sale de lo que Su Palabra me dice, porque cuando vienen las tormentas y las adversidades, sus Promesas serán anclas que me sostengan “como viendo al Invisible” Hebreos 11:27

  1. OBEDIENCIA

El éxito de la misión de Josué dependería de su obediencia personal. Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día de noche meditarás en él” Dios te dice no te apartes de ella, no la descuides, ¡Amala, Estúdiala! “para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito” ¡Obedécela! “porque entonces harás prosperar tu camino” que será el resultado de perseverar en ella.

  1. DEVOCIÓN

Es la entrega total en COMUNIÓN CON DIOS. Josué no solo debía meditar de día y de noche, debía reflexionar, considerar, leer y releer, debía obedecer y vivir según los parámetros de Dios, no podía darse licencias para pecar, no podía desplazar a Dios del primer lugar, al contrario, debía tomar decisiones que implicaban santidad personal, renuncia a sí mismo, una entrega total.

Porque servir en el ministerio exige ejercer una mayordomía que involucra personas; es una responsabilidad que demanda santidad personal y compromiso.

Hebreos 12:1 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro, tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”

MI EXPERIENCIA EN LA PERSEVERANCIA:

Tuve el privilegio durante varios años de servir al Señor en el ministerio de mi iglesia local con adolescentes y jóvenes. Sin duda, fueron de los mejores años de mi vida. Pero las adversidades llegan, y muchas veces hubo rechazo, quejas, oposición, calumnias, indiferencia, mentiras, pero, ¿Como llegaron a ser esos años tan buenos para mí? Bueno, porque fueron un desafío diario, porque me llevaron a buscar y depender del Señor día a día, a recordar sus promesas, aferrarme a su Palabra, a una y otra vez orar y clamar por aquellas situaciones que yo no podía resolver, por cada consejo que debía dar, por cada momento donde debía exhortar o confrontar, y por cada oportunidad que el Señor me daba para cuidar de aquellas vidas que se me había encomendado, porque eso es lo que hace el Señor cuando te da responsabilidades en el ministerio, te da la oportunidad de servir, te da el privilegio de ser parte de la obra que Él quiere hacer; pero te encomienda vidas… vidas que le pertenecen a Él, vidas que no saben cómo llegar a Él, vidas que necesitan de Él, y cada vida es distinta y responde diferente, y entonces surgen las adversidades.

Me costó entender que para permanecer, y perseverar en el servicio, debia renunciar a mí misma, y hacer un esfuerzo doble para poder estar sobre las circunstancias y seguir aferrada a Dios.

EL DESAFÍO DE LA PERSEVERANCIA:

En el ministerio el cansancio y las demandas nos pueden desenfocar, y entonces empezamos a evitar responsabilidades, dejamos de hacer sacrificios, empezamos a poner excusas, impacientarnos, hacer programas y solo esperar resultados.

Las fuerzas se terminan, y es muy difícil nadar contracorriente, pero ahí está Él, quien puede renovar mis fuerzas no solo cuando quedan pocas, sino cuando “no quedan ningunas”… (Isaías 40:30,31)

«No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” Gálatas 6:9.

Amiga, las ocupaciones de la obra no deben ocupar el lugar del Dios de la obra. Persevera en tu fe, valor, obediencia y devoción. No podemos dar lo que no tenemos, necesitamos atesorar Su Palabra para poder vivir según Su Palabra, debemos buscar esas cualidades que le permitieron perseverar a Josué y no abandonar ni bajar los brazos en medio de las adversidades.

Recuerda, perseverar dará su fruto, ¡No tires la toalla!

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