Grietas que duelen

¿Sentís que estás atrapada en un ciclo de pensamientos negativos, miedos o heridas del pasado? ¿Te duele el pasado? ¿Te cuesta perdonar? ¿Sentís que estás viviendo en una prisión emocional, sin saber cómo salir? Si respondiste que sí a alguna de las preguntas, te invito a seguir leyendo…

Una grieta es una pequeña abertura o hendidura en una superficie… pero, en el contexto de la salud mental y emocional, puede simbolizar una profunda herida que no ha sido sanada, un sentimiento de fractura en el interior, una sensación de inestabilidad o fragilidad emocional…

La realidad es que existen infinitas causantes de grietas en nuestra vida… te nombro algunas: experiencias traumáticas (abuso, acoso, accidentes, etc.), relaciones que nos han dañado (amistad, pareja, familiar), sobrecargas mentales (laborales, académicas, personales, familiares), pérdidas acompañadas de duelos, enfermedades, traiciones, engaños, miedos, ansiedades… y la lista sigue y sigue. Lo más probable es que te hayas identificado con alguna de ellas, y quizás ya la has trabajado con el Señor, con acompañamiento espiritual y porque no profesional; pero me gustaría que te detengas en aquella que aún sigue agrietando tu corazón.

Aquellas heridas del pasado que nosotras mismas nos hemos causado o quizás otra persona nos ha causado, pueden dejar grietas muy profundas en nuestro corazón pero también en nuestra mente y, como mencioné más arriba, muchas veces podemos encontrarnos en un ciclo de pensamientos negativos, miedos o recuerdos dolorosos que nos impiden vivir y disfrutar nuestro presente, o que nos generan temor al pensar en un futuro acompañado de esas heridas… dejame decirte que si no lográs romper con ese ciclo, es posible que termines experimentando episodios de ansiedad, depresión o estrés, entre otras cosas, (o quizás esto ya es parte de tu día a día)… pero es ante este escenario “sin salida aparente” donde Dios intercede hoy y quiere que recordarte que Él es quien sana tus heridas, es TU roca, TU refugio y TU libertador.

La mente es un instrumento muy poderoso que puede ser sumamente bueno y creativo, o sumamente destructivo y problemático, dependiendo de cómo la usemos, cuánta importancia le demos, y cuánto la cuidemos. Es por eso que hoy te animo a tomarte un tiempo para pensarte, examinarte y ser sincera con vos misma, ¿cómo estás realmente? Pareciera que nuestras vidas tan agitadas son las “culpables” de esconder aquello que muchas veces preferimos no ver o enfrentar, pero es hora de frenar, enfrentar y dejar que Dios selle aquellas grietas que tanto nos agobian.

Quiero compartirte algunas verdades importantes para recordar:

  • Las heridas del pasado no deben definir ni tu presente, ni tu futuro. ¡Dios tiene un plan hermoso para tu vida! Y es mucho mejor de lo que puedas imaginar. “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes, dice el Señor, son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 NTV
  • Sanar esas grietas requerirá de tiempo y de un proceso que si estás dispuesta a atravesarlo, podrás ver el obrar de Dios de una manera increíble en tu vida. ¡Deja que Dios sane esas heridas y las transforme en cicatrices que den testimonio de su poder!
  • No estás sola, Dios pondrá personas a tu alrededor con quienes puedas compartir tus cargas… personas que oren por vos y te acompañen en ese proceso. (Gálatas 6:2)
  • Perdonar será clave a la hora de comenzar a sanar, aún ante situaciones que a nuestros ojos pueden parecer injustas, pero Dios no es deudor de nadie y Él recompensará tu corazón dispuesto. “…perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.” Efesios 4:32b NTV

Pasos de acción:

  • ENFRENTA y RECONOCE las grietas en tu vida, esto será el primer paso para sanar.
  • ESCRIBE aquellas cosas que te hacen sentir atrapada, esto te ayudará a disminuir tu carga mental y a poder visibilizar aquello que está en tu corazón.
  • ELEVA TU MIRADA a quien puede hacerte verdaderamente libre, clama a Dios por su ayuda y confía en su plan perfecto.
  • ELIGE perdonar para poder avanzar.
  • EQUIPATE y busca herramientas que te ayudarán en el proceso; memoriza versículos bíblicos, lee libros cristianos sobre el tema, busca consejo para adquirir sabiduría, escucha podcasts, canciones, predicaciones, etc.

Querida amiga, hermana, es mi oración que Dios use este devocional para ayudarte a sanar aquellas grietas que duelen. ¡Dios te bendiga!

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