En el lugar correcto

Desde pequeña disfruto armar rompecabezas. Cuanto más difícil se presente el desafío mejor. Horas frente a ellos ubicando cada pieza en su lugar, hasta lograr terminarlo y ver la imagen completa. ¡Que satisfacción ver la tarea cumplida!

A veces me imagino a Dios en aquellos días de la creación. Creando y ubicando cada “pieza” en su lugar, sin errores y con un propósito. Al concluir “…vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera» (Gn. 1:31). La satisfacción de ver plasmado en el huerto del Edén lo que había nacido en su corazón, cada cosa en su lugar, funcionando perfectamente, cumpliendo así el propósito por el que fue creado.

Pero allí en el Edén se encontraba Eva, escuchando la voz que no debía escuchar. Poniendo atención a las palabras de satanás… el resto de lo que allí sucedió, todos lo sabemos. Desde el principio Satanás llevo a Eva a dudar de la Palabra de Dios, le mostró otra opción, la «impulsó» a salir de su lugar. Y hoy continúa haciendo lo mismo. Una y otra vez apunta al corazón de la mujer tratando de que nos revelemos en contra de la creación de Dios; que dejemos de cumplir con nuestro propósito y salgamos de nuestro lugar. Nos muestra cuan insatisfechas estamos y qué distinto sería si nosotras ocupamos otro lugar en nuestro hogar, en la iglesia, en el servicio.

Que el mundo esté enceguecido y confundido en cuanto a la creación, el propósito y el rol de la mujer, no es algo que debería asombrarnos; lo preocupante es que en el mundo evangélico, comienza a verse la misma confusión. Tristemente, esta revolución femenina, que comenzó allí en el huerto del Edén y busca la “igualdad”, se revela contra el orden establecido, reclama derechos, y cada vez más se instala en nuestras iglesias. De a poco, sutilmente y en muchas ocasiones culpando al hombre de no ocupar su lugar; las mujeres tomamos un rol que no nos corresponde. Muchas veces no se expresa en palabras, si no en acciones, que descalifican y menosprecian el liderazgo de los hombres que nos rodean. Expectativas sin cumplir, frustraciones, molestias en el corazón, situaciones sin solucionar, conversaciones postergadas, que generan quejas y murmuración.
Sin dudas como mujeres temerosas de Dios que buscamos servirle, lejos de nosotras mostrarnos de manera opuesta o rebelarnos frente al liderazgo de aquellos hombres a quienes acompañamos en el ministerio. Entonces si estoy en el lugar correcto que es el de acompañar, la pregunta es ¿estoy teniendo una actitud correcta?

Acerquémonos a Dios con un corazón sincero y digámosle como dice el Salmo 139: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos…”


Pídele a Dios que te muestre si en tu corazón hay una actitud incorrecta hacia el liderazgo de los hombres que te rodean, si tal vez estas amoldándote a este mundo (Ro. 12: 2 y 3) y sus ideologías, o quizás estás escuchando a Satanás como lo hizo Eva en el Edén.

Algunas preguntas que puedes hacerte en cuanto a tu actitud frente al liderazgo de los hombres, pueden ser…

¿Tomo una decisión sola o consulto y pido consejo? ¿Motivo e inspiro o mando e impongo? ¿Expongo las faltas en público de los demás o me acerco y las hablo en privado? ¿Me aferro a mis ideas o soy flexible para llegar a acuerdos?

Tantas veces en el servicio, perdemos tiempo y fuerzas, en querer ser lo que no somos, ocupar un lugar y tomar decisiones que no nos corresponden. Querida amiga y hermana, Dios nos ha dado a las mujeres, tantas preciosas oportunidades de servicio, no permitamos que Satanás gane ventaja en nuestro corazón y en nuestro ministerio, haciéndonos creer mentiras, muy actuales pero muy contrarias a la Palabra y al plan de Dios. No nos concentremos en todo lo que como mujer no podemos hacer, en cambio, enfoquémonos en todo lo que si podemos y debemos, y todo lo que Dios nos provee para hacerlo.
Una pieza de rompecabezas sola aislada, no cumple ninguna función, no hay dos piezas iguales, cada una es única, creada para un lugar, de la misma manera que nosotras. Nada satisface más el corazón que ocupar el lugar para el que Dios nos creó, como cada pieza dentro del rompecabezas.

En el momento que comprendo que Dios no se equivocó en mi creación y en el rol que como mujer me dio, es cuando comenzamos a disfrutar de lo que Él ya preparó. Soy una pieza fundamental dentro de la creación de Dios. Estando en el lugar correcto, permito que Dios sea glorificado en mi vida y a través de ella.

El corazón del ministerio de Auténtica es darte herramientas para poder servir a Dios aún mejor. Es la intención de este devocional, animarte a poder examinar delante de Dios el corazón, y revisar las actitudes con las que estás sirviendo al lado de aquellos con quienes estás sirviendo para que Dios sea glorificado en tu vida y ministerio.

El Salmista en su oración en el Salmo 139 dispuso su corazón a ser visto profundamente por Dios para producir un cambio en su vida, ¿estás dispuesta a hacer lo mismo y dejar que Dios te guíe en Su camino? No te pierdas la oportunidad de ser usada por Dios de una manera perfecta, cumpliendo Su plan soberano.

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3 comentarios en “En el lugar correcto”

  1. Avatar

    Resalto la parte que más me gustó: «Nada satisface más el corazón que ocupar el lugar para el que Dios nos creó»
    Así es! ???

  2. Avatar

    Realmente desafiante! Mil gracias a Natalia por invertir el tiempo para hacer tan precioso devocional, gracias por ser canal de bendición. Deseo compartirlo y que ese canal siga bendiciendo a otras más.
    Gracias al grupo de auténticapdv.
    Dios las bendiga.

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