Seguramente te has encontrado haciendo alguna de estas oraciones o cuestionamientos a Dios: “Señor, no entiendo, ¿Por qué pasa esto?”; “Señor, ¿Es esto, o es aquello?” Y los ejemplos podrían continuar. Lo cierto es que en algún momento de nuestra vida nos sentimos desconcertadas. El diccionario lo describe como: “Quedar confundida o sin saber cómo reaccionar, ni qué pensar o decir, generalmente a causa de algo inesperado o sorprendente”. Hace poco experimenté esta sensación buscando dónde estudiar consejería, estuve investigando, preguntando, orando y realmente sentía que Dios me estaba llevando en una dirección y de repente, no me responden un mail, se me presentaron otras opciones, y mi pregunta fue “Pero Señor, ¿No era esto lo que querías para mí?” Este es un pequeño ejemplo entre tantas circunstancias y preocupaciones. La realidad es que estamos viviendo un tiempo donde el futuro es muy incierto, las decisiones que tomamos no sabemos cuánto van a durar, y lo que antes era seguro, ya no lo es; pero lo que sí es seguro, lo que nunca cambia y permanece a pesar de todo, es Su Palabra (Marcos 13:31). ¡Qué alentador es saber que, como hijas de Dios, podemos descansar en Su fidelidad y Sus promesas! (1 Reyes 8:56).
Es en su Palabra donde Dios nos dice lo siguiente:
“Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera.”
Salmos 25:8-9

Esta declaración está dentro de una oración de David, quien, al ver las dificultades y circunstancias, pide a Dios dirección reconociendo que no podía enfrentarlas por sí solo. Si te estás sintiendo desconcertada, te invito a ver en David la manera de encontrar dirección:
Confía
“Dios mío en ti confío…” David confiaba en la fidelidad de Dios como Aquel que cumple sus promesas. Conocía la historia de Israel, cómo Dios en su gracia ayudaba a su pueblo cuando clamaban a Él, por eso ora con SEGURIDAD y FE. Su confianza lo lleva a buscar a Dios sabiendo que es el único que puede ayudarle, reconociendo su Soberanía y Señorío; Por eso levanta su alma al Señor entregándole su vida (Salmos 25:1)
Tu confianza en el Señor se va a demostrar en tu rendición a Él, y sin rendición, humildad, no hay guía. Por eso dice que Dios encamina al humilde y enseña al manso (aquel que se somete a Él).
¡Dios es confiable! Él es “Bueno y recto” (Salmos 25:8) por lo tanto todo lo que Él quiere hacer en nuestra vida es bueno y recto. Ninguno que espera confiando en Él, es avergonzado o confundido (Salmos 25:3)
¿Dónde está puesta tu confianza? ¿A quién estás recurriendo? ¿Estás dispuesta a rendirte a Él?
Confiesa
En los versículos 6, 7 y 11 David reconoce su condición, él dice que su pecado es grande, pero confiesa basando su pedido en el carácter de Dios, por su bondad y apelando a sus piedades y misericordias.
Él reconocer mi condición, me ayuda a ver lo incapaz que soy de conocer y obedecer su voluntad por mí misma, y a entender cuanto le necesito. “David no solo deseaba conocer Sus caminos, sino que también necesitaba la fuerza para caminar en ellos.”
Dios le enseña su camino al pecador que se arrepiente.
¿Reconozco cuál es mi condición? ¿Hay algo que necesito confesar para caminar en la verdad?
Camina
Podemos estar seguras de que Dios promete guiarnos, dirigirnos hacia su voluntad. Y esas promesas están basadas en lo que Él es y hace (Salmos 25:8,10), pero también requiere de nosotras un caminar en
– Obediencia
“El SEÑOR guía con fidelidad y amor inagotable a todos los que obedecen su pacto y cumplen sus exigencias.”
Salmos 25:10 NTV
La obediencia implica, como mencione anteriormente, confesar y buscar cumplir lo que Dios nos pide en su Palabra, viviendo en santidad (1 Pedro 1:15). Es necesario tener una disposición a obedecer, como la que vemos en David quien pide a Dios que le enseñe porque él va a caminar en Su verdad:
“Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre.”
Salmos 86:11
– Temor de Dios
“¿Quiénes son los que temen al SEÑOR? Él les mostrará el sendero que deben elegir.”
Salmos 25:12 NTV
“Los que respetan la gloria majestuosa de Dios, le adoran con reverencia, se someten a su autoridad, y le obedecen con gozo” (Matthew Henry). Si tengo este temor, Dios me mostrará exactamente qué decisión tengo que tomar. Y este temor nace, se cultiva en mi amistad, “intimidad” con mi Dios (esa conexión que permite que el Espíritu Santo me revele las profundidades de Dios, 1 Corintios 2:10).
Si camino con el Señor a la luz de su Palabra, voy a desarrollar una relación cercana con Él, tendré un mejor entendimiento de sus caminos y escogeré lo que a Él le agrada (Salmos 25:14)
No hay razón para que sigas sintiéndote desconcertada, confía en quien es Dios y hazle la pregunta correcta: Señor, ¿Qué quieres que yo haga? (Hechos 9:6) Declarando el Señorío de Cristo en tu vida, tu completa rendición a Él, y disposición a hacer Su voluntad y no la tuya.
Preguntas reflexivas: