Hemos tenido nuestra introducción acerca de qué es el Fruto del Espíritu Santo en el devocional llamado “Dando fruto agradable”, si aún no lo has leído, te recomiendo que puedas hacerlo antes de comenzar con la lectura de este devocional, y así entrar en tema para entender un poco mejor el contexto. Ahora iremos un poco más profundo para analizar cada una de las manifestaciones de este fruto, y salir desafiadas para aplicarlo en nuestras vidas.
Si seguimos el orden del versículo en el que son nombrados, nos toca comenzar a hablar del amor y el gozo, ¡Gran desafío!
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AMOR: LA BASE DE TODO.
Es importante aclarar que en este pasaje, el amor que se describe es al que en la Biblia se denomina amor AGAPE. En el griego encontramos diferentes palabras que se traducen como amor, pero que tienen distintas aplicaciones:
EROS (un amor de pareja), FILEO (un amor fraternal), AGAPE (el amor de Dios, incondicional).
Simplemente me gustaría dar algunas definiciones del significado de AGAPE sacadas de diversos comentarios bíblicos:
- “El amor ágape no es expresión de los sentimientos o emociones, sino de la voluntad”
- “Agape es benevolencia inconquistable, buena voluntad que no se vence, es el espíritu en el corazón que nunca buscará otra cosa sino el bien máximo de sus semejantes. No importa cómo sus semejantes lo traten; no importa la actitud de ellos hacia él, éste nunca buscará otra cosa sino el bien máximo de ellos”
- “Agape se refiere al amor por elección de la voluntad y no al afecto emocional, la atracción física o el lazo familiar, sino a respeto, devoción y afecto que incluyen siempre el servicio voluntario y la disposición incondicional al sacrificio”
¡Increíble! Este es el amor que Dios mismo demostró por cada una de nosotras, y aún lo hace. Su máxima expresión de amor sacrificial fue al enviar a su Único Hijo en rescate por todos (Romanos 5:8) aun siendo enemigos suyos, Él nos amó porque DIOS ES AMOR (1°Juan 4:8). Este amor tiene que caracterizar a sus hijos porque le caracteriza a él, y deriva de Él.
El amor cristiano no se extiende solamente a nuestros parientes, amigos más íntimos, o en general a todos los que nos aman… es fácil de amar a quienes nos aman. El amor cristiano debería extenderse hasta mi prójimo, sea amigo o enemigo, hasta el mundo entero, y… ¿por qué digo debería? Porque la mayoría de las veces, no sucede así.
Agape tiene que ver con la mente, no es una emoción que surge de una manera natural en nuestros corazones, sino una convicción en la cual debemos apoyarnos cada día, decidiendo amar a mi prójimo de esta forma. Agape se relaciona íntimamente con la voluntad, es una conquista, de victoria en victoria. Es amar lo que no es amable, es amar a la gente que no nos gusta, que no nos cae del todo bien, amar a quienes nos han lastimado (este amor nos llevará a perdonar), es un amor sacrificial. Dios nos manda a amar a nuestros enemigos, y a los hombres en general, de la misma forma en que amamos a nuestros familiares, amigos íntimos, y aún a nosotras mismas. Esto implica que en nuestras mentes también tengamos la actitud de amar al prójimo sin importar su condición. Implica benevolencia insuperable, bondad invencible.
¡Qué difícil es amar de esta manera! ¿No? Al menos para mí lo es… Querida amiga, hermana, en primer lugar, debes saber que este amor sólo podrás demostrarlo si eres una Hija de Dios, si así es, entonces el desafío es el siguiente:
- Piensa en alguna mujer (puede ser tu vecina, prima, tía, hermana, madre, etc.) o puede ser un hombre también, a quien te ha costado (y aún te cuesta) amar, pero a la vez, piensa en este amor del cual hemos estado hablando. ¿Cómo aplicarlo? Quizás es momento de perdonar, o de dejar a los pies de Cristo malos pensamientos o deseos que has tenido hacia esa persona. Quizás sea el momento de DECIDIR amar a esa persona, aunque te cueste llevarte bien, o aunque no te guste del todo su forma de ser. Es el momento de DECIDIR OBEDECER A DIOS, Y AMAR COMO ÉL TE AMA.
- Es importante estar en comunión con Dios cada día, esto nos ayudará a que esta manifestación del Fruto del Espíritu Santo sea visible en nosotras. Cuánto más cerca estemos del Señor, más aprenderemos a amar como Él ama.
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GOZO
¿Qué viene a tu mente cuando digo “gozo”? Lo más probable es que lo relaciones automáticamente con la alegría, la felicidad… y no está mal pensarlo de esa manera, porque si vamos a un diccionario nos dirá que el gozo es: “Emoción intensa y placentera causada por algo que gusta mucho/ alegría intensa”, y así muchas definiciones más que hablan de la misma idea, es decir, un tipo de gozo que depende de las circunstancias que nos rodean.
En la vida cotidiana, por ejemplo, podes tener gozo cuando te reecontrás con familiares o amigos que hace mucho tiempo no veías y realmente extrañabas, o con el nacimiento de algún ser querido, o la adquisición de algún bien material, y muchas otras cosas que vivimos y que pueden generar este tipo de gozo. Pero quiero mostrarte lo que nos dice Dios acerca del gozo que es nombrado en este versículo, y su importancia como una de las manifestaciones del obrar del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Gozo viene de la traducción del griego “chara” que significa gozo, alegría, grandemente, deleite. Probablemente estarás pensando ¿Acaso no es la misma definición que el diccionario? ¡Si! Pero hay una gran diferencia y es que el gozo que debemos experimentar como hijas de Dios NO DEPENDE DE LAS CIRCUNSTANCIAS EXTERNAS, sino que es un gozo que está en el corazón de aquel que aprende la voluntad de Dios y la obedece.
Tenemos tantas razones para sentir este gozo, nombraré solo algunas:
- El sacrificio de Cristo, el perdón de pecados y la salvación que nos ha dado.
- Las promesas divinas que están en Su Palabra y la certeza de que Él las cumplirá.
- La vida terrenal acompañada de su presencia divina continua.
- Su provisión en cada aspecto de nuestras vidas.
Indudablemente la lista podría continuar, pero te invito a que en este mismo momento puedas meditar en tu mente y en tu corazón razones por las que HOY tendrías que estar gozosa pero que no está siendo así. ¿Identificaste alguna? Continuemos.
El gozo también se relaciona con el agradecimiento, como dice en Col. 1:12a “Con gozo dando gracias al Padre”, es que el pensar en todo lo que Dios ha hecho por y en nosotras y que aún continúa haciendo ¡Tiene que hacer que tu corazón explote de gozo por ser tan bienaventuradas y bendecidas!
Es todo muy lindo hasta acá, ¿No? Pero… ¿Qué sucede cuando las circunstancias que nos rodean son difíciles? Enfermedad, falta de trabajo, pérdida de algún ser querido, depresión, etc. ¿A dónde queda todo ese gozo? ¡En el mismo lugar, en TU CORAZÓN! Y aún debe aumentar por medio de las pruebas.
Hace poco perdí a mi mejor amiga. El Señor decidió llevarla a su presencia luego de luchar contra la enfermedad del cáncer por 3 años, pero ¿sabes qué? ¡En ningún momento vi que ella perdiera ese inmenso gozo que provenía de sus fuerzas puestas en el Señor! Y tampoco fue fácil tener gozo durante su enfermedad y luego de su partida, pero cuando realmente comprendí que ESA era la voluntad de Dios (como decíamos más arriba) ¡Un gran gozo inundó mi corazón al pensar en que ella ahora disfruta de nuestro Salvador cara a cara! Obvio que la extraño, pero el gozo que genera el Espíritu Santo morando en mí, tranquiliza mi corazón y me recuerda que todo lo que Dios hace es con un propósito. ¡Lo mismo podes sentir vos!
Dios nos dice en Santiago 1:2 :
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”.
Con este devocional quiero animarte a que si hoy estas atravesando una situación difícil y no estás logrando experimentar este tipo de gozo, te acerques a Dios en oración y le pidas que te de sabiduría para comprender su Voluntad como promete Dios en Santiago 1:5:
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.
Es importante que puedas descansar en Sus promesas, y para eso es necesario que tengas tu tiempo de comunión personal con Dios y Su Palabra. Esto te ayudará a ver las circunstancias desde el punto de vista de Dios y no el tuyo.
Espero que Dios hable a tu corazón como lo ha hecho conmigo al preparar este devocional, en cuanto al amor que estamos teniendo para con nuestro prójimo y en cuanto al gozo que debemos experimentar como creyentes, ya sea en momentos fáciles o en los difíciles. ¡No podrás manifestar amor ágape ni gozo divino si no pasas tiempo en comunión con Dios! Sólo de esa forma el Espíritu Santo podrá obrar en vos.
Recuerda, amar y vivir gozosas impactará a quienes te rodean, y podrás ser de testimonio en donde te encuentres, glorificando el Nombre de nuestro Gran Dios.
Que el Señor te bendiga.
Un post muy interesante. Muchas gracias por la ilustración. Reciba un cordial saludo.