Si tendría que presentarme con alguna cualidad con la que me identifique, es que soy MIEDOSA. Desde que nací el miedo forma parte de mi vida. Miedo a las alturas, miedo a los perros, miedo a quedarme sola, en otro devocional conté de mi miedo a andar en bicicleta y tantos más. Algunos de estos miedos los fui venciendo con el paso de los años, tomando coraje y enfrentándome a cada uno de ellos.
Cuando creí que ya los había superado comenzaron a aparecer otros tipos de miedos, y sobre todo miedos con relación a mi futuro, miedo a tomar decisiones, miedo a enfrentar otras etapas de mi vida. Con seguridad puedo decir que lo único que me impulsaba a vivir, era aferrarme a las promesas de nuestro Señor. Pero también puedo decir que no fueron fáciles de enfrentar, tuve muchísimas inseguridades. Algunas, básicamente fueron pensar en las personas que me rodean, “¿Qué dirán?”, “Y si me equivoco ¿saldrán afectadas con mi decisión?”, “y si pasa esto, o y si pasa lo otro…”, de lo único que estaba segura era que cualquiera fuese mi decisión me iba a equivocar. No sé si habrás pasado por alguna situación similar. El paso a lo desconocido me daba muchísimo temor. El miedo no nos permite avanzar y muchas veces esas inseguridades nos detienen impidiendo que la Voluntad de Dios obre en nuestras vidas.
A mi mente vienen muchísimas historias bíblicas, que relatan sobre hombres y mujeres teniendo que vencer un miedo, ese miedo que abría paso hacia la perfecta voluntad de Dios para sus vidas. El primero que se me viene a la mente es Moisés. A medida que fue creciendo tuvo que ir tomando decisiones que dieron un giro a su vida, decisiones que requerían valentía para poder continuar dirigiendo a un pueblo hacia una tierra desconocida, pero que era sostenida por una gran promesa de Dios.
A lo largo del libro de Éxodo vemos como Dios, repetidas veces le hace promesas a Moisés y a su pueblo. Les dejo algunos ejemplos, pero también las animo a que puedan seguir buscando:
“¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.” Éxodo 4:12
“Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios. Entonces sabrás que yo soy el Señor tu Dios, quien te ha librado de la opresión de Egipto.” Éxodo 6:7
“El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.” Éxodo 14:14
Hoy me gustaría que podamos detenernos en Éxodo 33:14
“El Señor le respondió: Yo mismo iré contigo, Moisés, y te daré descanso; todo te saldrá bien.”
- Clamemos a Dios, el versículo comienza diciendo “el Señor le respondió”. Moisés, frente a un momento de incertidumbre, quizás de inseguridad, donde Dios le pide algo con claridad, pero él no está viendo exactamente cómo es que el pensaba lograrlo, decide clamar. ¿Te ha pasado? Sabes lo que Dios quiere de tu vida, quizás ya tenes un llamado específico, pero para llegar a eso debes tomar decisiones, y el temor te tira para atrás. Bueno, ahí está Moisés, rogándole a Dios por una respuesta: Señor, ¿Cómo lo voy a lograr? ¿Quién me va acompañar? Preguntas que nos hacemos regularmente. Pero muchas veces no lo hacemos frente a la persona correcta. ¿Buscas a Dios cuando te encuentras en situaciones así? ¿es Él a quien primero recurrís?
- Creamos que Dios esta con nosotras, “Yo mismo iré contigo” Hace poco tuve una charla con mi hijo, y él me pregunto ¿cómo sentimos la presencia del Señor en los momentos de dificultad? La verdad me costó un poco responderle con palabras, le mencioné el versículo en Filipenses 4:7
“Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” Experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas es único, es personal, es algo sobrenatural que nos hace sentir en paz aún en medio de una turbulencia. Mientras vivamos en Cristo, nada nos podrá separar de su compañía, nada podrá evitar que Él proteja nuestros corazones y nuestras mentes. Cuando experimentas esas inseguridades, ¿te sentís sola? ¿Crees que no hay nadie al lado tuyo para acompañarte? Déjame decirte que Dios está a tu lado siempre. Acompañándote para dar ese paso seguro a lo desconocido.
- Confiemos en Dios, “te daré descanso, todo te saldrá bien”. Una hermosa promesa que termina con estas palabras. Creo que Dios le estaba tratando de decir a Moisés, deja de pensar, deja de buscar tus propias salidas, deja de anclarte en tus inseguridades y empieza a confiar en mí. Dios le promete descanso y un buen resultado. Lo mismo nos promete a nosotras. Empieza a descansar en Dios, en lo hermoso de sus planes que con seguridad tienen un buen resultado.
Las inseguridades y los miedos en mi vida aparecen a menudo, y mucho más cuando tengo que hacer un paso a lo desconocido. Pero anclarme a sus promesas han permitido que dé esos pasos con seguridad.
Hebreos 11:27: «Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible.»
Cuando éramos niñas, una simple caja podía convertirse en lo que nosotras quisiéramos, en una cocina, en un auto, en un avión, en una casa para las muñecas, porque cuando no veíamos nada teníamos fe en que, si podría llegar a ser lo que nos propusiéramos, teníamos la seguridad de que eso iba a ocurrir. Quizás tus miedo e inseguridades te paralicen y no te dejen ver lo que Dios quiere hacer en tu vida. Clama a Dios, búscalo con todo tu corazón, créele a Dios, aférrate a una promesa, confía en Dios, ánclala en tu corazón, en tu mente y viví esa promesa con intensidad. Deposita tu fe en Él, descansa y veras buenos resultados.
Gracias Julie, en estos días di mi testimonio de cuando fuimos a Argentina y los mencioné. ustedes como misioneros ponen TODA su confianza en Dios! Y esas fueron mis palabras, creerle mas a Dios y confiar en El y menos en mi!!!! Gracias por sus testimonios porque dejaron un gran impacto en mi vida. Un fuerte abrazo desde Florida💕 Dios los continúe bendiciendo 🙏🏻💕