Como Cristo

Cuenta la historia de una mujer que caminaba en su vida, día a día, trabajando, estudiando, sirviendo en su iglesia. Haciendo esfuerzos de superarse y tratando de avanzar… pero algo la frenaba, veías una mirada angustiada. Nadie lo sabía, ella era prisionera, estaba atada en su corazón al pasado, a una historia, al dolor. Su prisión era la falta de perdón.
Esta puede ser tu historia así como un día fue la mía…
¡Que difícil que es perdonar! Cómo cuesta perdonar cuando el corazón duele y la herida sigue abierta latiendo en la memoria. Haciéndonos recordar que fuimos lastimadas, engañadas, usadas, abandonadas, traicionadas o que quizás quedó ahí el vacío de una expectativa que no se cumplió o de un sueño que no sucedió. Y vamos arrastrando una historia que aunque en muchas ocasiones pertenece al pasado decidimos, al no perdonar, mantenerla viva. Tratando de avanzar sin darnos cuenta que la falta de perdón nos esclaviza, nos limita y nos insensibiliza.
A través de los años y de distintas situaciones que Dios me permitió vivir Él me ha enseñado en cuanto al perdón verdades bíblicas que cada día necesito recordar.

1.“Diseño del Perdón”

El perdón comienza en Dios y Él es la esencia; en Él y a través de Él obtenemos el perdón de nuestros pecados (Efesios 1:7, Colosenses 1:14)
Pero también al leer Colosenses 3:13:

“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo vosotros.”

Entendemos que el perdón debe darse “Como Cristo” lo hizo.
Si leemos atentamente y con entendimiento este versículo, no habría nada más que hablar en cuanto a perdonar, no perdonar, a quién perdonar o bajo qué circunstancias hacerlo. Porque sencillamente entendemos que nuestro ejemplo al momento de perdonar es Cristo y debemos hacerlo Como Cristo lo hizo.
Pero Dios, yo…; pero Dios, él…; pero Dios, ellos…; pero Dios, mis derechos; pero… y todos mis argumentos de autodefensa se caen cuando vuelvo a la Biblia y entiendo que debo perdonar como Él perdonó. Y aunque las razones sean valederas me quedo sin excusas.

2. “La Dirección del perdón”
  •  Pedirle Perdón a Dios. Muchas veces nuestro enojo está dirigido hacia Dios por aquellas cosas que nos suceden. Necesitamos entender que no todas aquellas cosas que llegan a nuestra vida son porque Dios las planea para nosotros (Voluntad Directiva ej. Gen 1:3). Muchas de ellas Dios las permite, como fue en la vida de Job (Voluntad permisiva). En esas situaciones dolorosas enfocamos nuestro enojo hacia Dios. Pero que hermoso es saber que Él está dispuesto a oír (2 Crónicas 6:30), a perdonar (2 Crónicas 7:14) y a sanar (Salmos 25:11; 32:5; 103:3)
  • Perdonar a otros. Cuando nos han lastimado de distintas maneras, el perdón que necesitamos dar es hacia el otro. (Efesios 4:32 y Colosenses 3:13), perdonarnos unos a otros como Cristo nos perdonó. No es un sentimiento o una emoción, perdonar es una decisión, basada en Cristo y como Él lo hizo. Lamentablemente no podemos olvidar, pero el verdadero perdón decide No Recordar.
  • Perdonarme a Mi Misma. En muchas ocasiones ya sea por cosas que nos han pasado o por malas decisiones que tomamos y pecados que cometimos, nos sentimos culpables y no logramos perdonarnos a nosotras mismas. En 1° Juan 1:9 y Salmos 32:5 nos habla de un Dios que perdona mi pecado.
3. “la Dinámica del Perdón”

La dinámica tiene que ver con el movimiento, y el punto es que la falta de perdón nos estanca. Y quiero hablarte de dos tipos de perdón.

  • “Perdón Difícil” es ese tipo de perdón que nos cuesta mucho dar, que marcó nuestra historia. Es la situación que nos duele, la persona que nos lastimó, la herida que me marcó, que sigue viva en el recuerdo, que condiciona mis relaciones, Mateo 18:15; Lucas 6:37.
    Cuando logramos hablar o enfrentar esta situación y perdonar tenemos paz. Esa paz que sobrepasa todo entendimiento, que no cambia lo que pasó pero alivia el corazón.
  • “Perdón Diario” el perdón que necesitamos dar y recibir de las situaciones cotidianas, de las miradas duras, de las palabras fuertes, de los malos entendidos, ese perdón que como dice en Colosenses 3:13 y en Efesios 4;32 tienen que ver con soportarnos, con ser benignos y misericordiosos “Como Cristo”.
    No puedo pensar que en esta situación la perdone, pero en aquella no. Puedo perdonarlo a él, pero no a mí misma. Perdono estas cositas, pero aquello es imperdonable. Somos un solo ser y como seres humanos es difícil perdonar pero nuestro ejemplo es Cristo y tenemos en la Palabra de Dios todo lo que necesitamos para tomar la decisión de perdonar.
    Te invito para terminar, a que medites en el Salmos 107. En los vrs. 13 y 14 dice que al clamar a Jehová en angustia, Él los libro de aflicciones, de sombra de muerte y prisiones; todo eso lo causa la falta de perdón. Es de vital importancia en la vida de una hija de Dios, que desea vivir su vida de una forma Auténtica decidir y practicar el perdón.
    Te animo a que puedas meditar en la Palabra de Dios y en oración examinar tu corazón en cuanto a la importancia del perdón y decidir perdonar “Como Cristo”.
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