“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”
Jeremías 29:11
Ana comenzó su día como siempre lo hacía, a los pies del Señor, fue allí donde completó su lista de tareas para el día, estaba emocionada pues incluía una salida evangelística a un hogar de niños con el grupo de mujeres de su iglesia, claro que primero debía hacer compras, ir a la facultad, buscar unos papeles, bueno, infinidad de tareas rutinarias necesarias por las cuales también había orado. Ya a las 12 h del medio día todo marchaba de acuerdo al plan, a las 14 h se encontraría en la puerta del hogar de niños ¡Que expectativa!, ese día habían conseguido un permiso para predicar que solo podía venir del Señor. De repente el colectivo se detuvo, el tráfico estaba cortado y una multitud se manifestaba impidiendo el Paso, bajar era imposible, menos caminar, estaba a hora y media del lugar al que quería llegar, no llegaría, la estaban esperando ¡Había orado!, su plan se derrumbaba, mando algunos mensajes por whatsApp a sus amigas, era la única que estaba demorada. Laura le dijo que ya estaba por entrar al hogar, que no podría seguir hablando con ella, pero sus palabras fueron claves, Dios está en control, él tiene otro plan para vos, Ana guardó su celular en la cartera, miro a su alrededor y escuchó la voz de una joven sentada al lado suyo que comenzó a dialogar con ella, fue al cabo de cuarenta minutos de charla que Ana entendió, ¡esta joven estaba en la lista de tareas que Dios había preparado para ella!, fue emocionante guiarla a los pies del Señor, esa noche volvió satisfecha a su casa y con algunas lecciones guardadas en su corazón.
Primera lección :
El plan es de Dios, la agenda es de Dios, si Él la quiere modificar no debe pedir permiso ni perdón, ahora todas las mañanas Ana sigue armando su lista para el día, pero sabe que los imprevistos, las demoras, y cualquier otro contratiempo no es más que un guiño del cielo corrigiendo la agenda. Lo que vivió Ana fue una pequeña experiencia comparada con las vivencias de Job, pero esas pequeñas experiencias vividas en dependencia nos van preparando para las situaciones que pensamos que nunca podríamos atravesar. Job se levantó esa mañana y no tenía en el plan nada de todo lo que le acontecería, su plan estaba centrado en Dios, y cuando Dios lo cambió, Job dijo:
“Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” Job 1:21
Esto nos muestra qué actitud tomó Job ante el cambio inesperado, miró al Señor, muchas veces es inútil intentar cambiar lo que Dios determinó, porque ¿quién luchó contra Él y venció?, y si lograras imponer tu plan por sobre el de Dios, ¿qué ganarías? Es solo en su voluntad que hay plenitud de gozo, imponer tu voluntad te haría perder la paz, el gozo, la bendición, la estrecha comunión y la certeza de que Dios dirige tu vida.
Segunda lección:
Mi confianza debe estar puesta en Dios y no en el plan. Antes, Ana, se aferraba a la idea de tener todo bajo control, ordenado meticulosamente, en realidad confiaba en sus habilidades para hacer bien las cosas, aún las espirituales, pero ese día se dio cuenta de su error. Pidió perdón y comenzó a ejercitar su confianza en Dios, descansar en Él. Apenas algo se salía del plan, en vez de mirar la lista, lo único que tenía que hacer era mirar al Señor, y dejarse dirigir confiada en quien tenía la real habilidad para hacer que en su día ocurrieran eventos extraordinarios que revelaban su obrar y que la humillaran al ver los propósitos de Dios para ese día. Cuando Job terminó de vivir los eventos inesperados que Dios permitió, pudo decir:
“De oídas te había oído más ahora mis ojos te ven” Job 42:5
Debemos planificar confiando en el Señor, que nos guiará, enderezará los pasos, nos librará de resbalar y se mostrará ante nosotros, sublime, amoroso, cercano, cada día más real, y esto aumentará nuestra fe .
A mí me ayudó mucho la experiencia de Ana, pero cada día sigo intentando poner en práctica estás verdades, el plan es del Señor, mi confianza está en Él. Cada día es una aventura y Dios me lleva a confiar en situaciones en las que un tiempo atrás me hubiera desesperado, es que al caminar de esta manera cada día voy conociendo más a mi señor y cada nueva experiencia aumenta mi fe . Muchas veces los cambios de plan traen dolor, confusión, angustia, frustración, temor… hasta que alzamos los ojos y le miramos a Él, siempre sereno, siempre en control, siempre pensando lo mejor para nosotras, guiándonos por la senda de la rectitud, acomodando nuestros pasos y llevando nuestro corazón más cerca del suyo.
Que tus planes puedan ser los del Señor, que puedas decir como Job: “mis pies han seguido sus pisadas, guardé su camino y no me aparté” (Job 29:11). Que no te tome por sorpresa la intervención de Dios, aun trayendo situaciones difíciles a tu vida, recuerda que sus pensamientos son más altos que los nuestros, su sabiduría infinita te está guiando hacia Él.