Vemos, y leemos a diario acerca del poder que tiene la mente, de lo escondido que hay en nuestro ser que “no ha sido revelado a nosotros mismos” y que: si aprendemos a usar eso oculto, podremos “ser mejores personas” o sacar el “mayor provecho” a nuestra existencia.
La mente realmente tiene un gran poder sobre la totalidad de nuestra persona, pero el enfoque que le da el mundo es incorrecto. Si pensamos que en nuestra mente vamos a encontrar ese poder oculto, desconocido hasta hoy, creo que nos engañamos a nosotras mismas.
En su palabra Dios dice:
“Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras!”
Jeremías 17:10.
Ya en ese versículo se nos da una pista de que sólo hay una Persona que puede escudriñar, y ver qué es lo que hay en la mente humana, solo Dios puede llegar a ver lo más escondido y secreto de nuestro ser, lo que hay muy adentro. Él puede ver todo lo que nadie más puede ver, desde lo más miserable de nuestro ser, hasta lo más glorioso, y si lo desea, puede mostrarnos todo eso oculto. Por ello creo, que no podemos confiar sólo en el poder de nuestra mente para lograr cambiar aquellas cosas de las cuales queremos deshacernos actualmente, necesitamos de alguien mayor para poder lograr cambios duraderos, eternos y trascendentales.
Hay otro hermoso versículo que nos llena de luz y dice así: ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién lo instruirá? Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo. Entonces: por un lado contamos con la ayuda de quién puede revisar nuestra mente, y ahora contamos “con la” mente de Cristo. Por lo tanto, ¿Cómo podemos aplicar estas dos grandes verdades en nuestra vida para poder madurar y crecer espiritualmente?. Por un lado debemos aceptar que necesitamos de nuestro Padre Celestial para poder usar ese poder que tiene nuestra mente, que solo El, puede ayudarnos a ser objetivas en lo que pensamos de nuestra persona, y también contamos con la mente de Cristo, cuanto más nos acercamos a las cosas espirituales, cuanto más nos apartamos del pecado, podemos pensar como Cristo piensa, porque le conocemos y habita en nosotros, a través del Espíritu Santo.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. Estos, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron al libertinaje para cometer con avidez toda clase de impureza. Pero vosotros no habéis aprendido así sobre Cristo, si en verdad lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente”
Efesios 4:17-24
En este pasaje podemos mencionar tres verdades que nos enseñan a buscar en nuestro Padre Celestial como al único que escudriña la mente, y a como cultivar una mente como la de Cristo, para así poder sacar el mejor provecho y usar su poder correctamente.
1-Decidir vivir una vida distinta al mundo:
Pablo les pide a los efesos que ya no vivan, que ya no anden como las personas que siguen los pensamientos vanos que su mente les dicta seguir, que no sean ignorantes, y les muestra como terminan, perdiendo toda sensibilidad ya que cometen cualquier cosa relacionada con falta de pureza, pero aquí la clave es: estar atentas al número de pensamientos que hay en mi mente en cuanto a cosas vanas, cuanto tiempo le dedicamos en nuestra mente a cosas que no llevan fruto eterno, que son huecas, sin sentido.
En este punto debemos pedir ayuda a Cristo “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, si bien las decisiones se procesan en nuestra mente para llevarlas a acabo, debemos clamar y pedir ayuda a Cristo para poder sostenerlas y cumplirlas, no es en nuestra propia fuerza que vamos a sostener las decisiones que tomemos, sino en El, en su Persona, y es su Presencia, que nos acompaña en el proceso.
2-Decidir aprender de Cristo.
La verdad está en Jesús, nuestro ejemplo está en Jesús, y debemos seguir su ejemplo para realmente poder poner en práctica “la mente de Cristo”, si no ponemos en práctica todo lo aprendido, la mente de Cristo va a ser sólo algo teórico en nuestra vida, por ello debemos oírle, y dejar que nos enseñe para luego pasarlo a la práctica diaria.
3-Decidir despojarme del viejo hombre y renovar mi mente.
En este último punto para poder lograr un cambio en nuestra vida debemos lograr sacar, despojarme de aquellas cosas del pasado que están relacionadas con cuestiones engañosas, pecaminosas, aquellas cosas dudosas que nos hacen volver al pasado, debemos sacarlas de nuestra vida, porque no sirven para hacer crecer nuestra nueva vida en Cristo.
Y por sobre todas las cosas debemos hacer nueva nuestra mente, debemos renovarla, y esto se logra sacando lo que no sirve, todo lo que destruye nuestra vida.
Debemos recordar siempre que si logramos grandes cosas en la vida, es porque las logramos a través de Cristo. Él nos ha equipado para poder hacerlo, no porque nuestra mente tenga poder en sí misma, sino porque El da poder a nuestra mente a través del Espíritu Santo.
Para concluir sería bueno que podamos pedir a Dios que nos ayude a examinar nuestra mente, ¿Estamos confiando en la Única Persona que conoce plenamente todo nuestro interior, toda nuestra mente y ser? ¿Estamos teniendo una vida distinta al mundo, o pensamos igual que los gentiles? Y finalmente, ¿Estamos sacando de nuestros pensamientos aquellas cosas del pasado que ya no tienen que ver con la mente de Cristo?, ¿Luchamos con esos pensamientos que sabemos que no deberían de estar en nuestra mente, o nos rendimos ante ellos sin oponer resistencia?
Te animo a que puedas ponerte a cuentas con nuestro Dios, porque recuerda que Él es quien escudriña nuestra mente, y conoce lo más profundo de nuestro corazón.
Muchas gracias Rosi, y a todo el equipo de Pdv Auténtica. Cada devocional es de mucha bendición, aprendí que «es importantisímo cuidar el corazón porque de el mana la vida», que es lo mismo que cuidar nuestra mente. Todo lo que piensas se anida en el corazón y es muy problame que lo terminemos haciendo. Por eso es importante dejar que el Señor nos examine y cambie el corazón malo y perverso que tenemos ¡Oren por nuestras mentes mujeres de Dios!